El Real Madrid consiguió una victoria abultada con goles de Carvajal, Rodrygo, Vinícius y un penalti de Mbappé. Aunque el equipo blanco sumó tres puntos importantes y se acercó al FC Barcelona, su juego sigue dejando dudas. Con 14 puntos en la tabla, el Real Madrid sigue en la lucha por el liderato, pero el rendimiento mostrado genera inquietud para el futuro.

Dominio irregular y falta de continuidad

En el primer tiempo, el equipo dirigido por Carlo Ancelotti mostró un dominio claro sobre el Espanyol durante los primeros 20 minutos. El conjunto blanco controló el partido y jugó en campo contrario. Sin embargo, ese dominio inicial fue desapareciendo con el avance de los minutos. A pesar de los ataques, la falta de precisión y creatividad en los últimos metros fue evidente.

Arda Güler y Fede Valverde mantuvieron al equipo en el juego, pero las estrellas ofensivas no lograron destacar. La conexión entre las líneas se rompía constantemente y, aunque el Real Madrid controlaba el balón, no encontraba los espacios para hacer daño. La posesión por sí sola no fue suficiente; el equipo necesitó profundidad y sorpresa en varias fases del partido.

Falta de contundencia en ataque

Uno de los mayores problemas fue la falta de precisión de Jude Bellingham y Kylian Mbappé. A pesar de su participación, sus tiros no fueron lo suficientemente efectivos para resolver el partido de forma anticipada. Esto permitió que Joan García, portero del Espanyol, brillara con varias intervenciones claves, dando confianza a su equipo.

El patrón se repite en otros partidos: el Real Madrid tiene posesión sin concreción. El equipo juega demasiado por el centro, facilitando la tarea defensiva del rival. Frente al Espanyol, ocurrió lo mismo. Tras resistir el embate inicial, el equipo catalán reorganizó su defensa y generó incluso algunos ataques peligrosos. El Espanyol, sin hacer un partido brillante, tuvo dos ocasiones claras que expusieron la falta de contundencia del Real Madrid para cerrar el encuentro.

El espejismo de la goleada

Aunque fue una victoria abultada, el Real Madrid comenzó la segunda mitad con un duro golpe: el Espanyol se adelantó con un gol de Jofre, tras un error de Thibaut Courtois. Este tanto dejó expuestas las debilidades defensivas del equipo blanco, que en varios momentos no pudo contener los ataques del equipo visitante.

Vinícius entró en el partido como revulsivo, impulsando la remontada con su habilidad y velocidad. El empate llegó gracias a Carvajal, quien aprovechó un rebote tras un intento de Bellingham. Poco después, un gran pase de Vinícius a Rodrygo puso al Real Madrid por delante en el marcador. A pesar de la remontada, fue más un producto de acciones individuales que de un plan de equipo sólido.

El tercer gol llegó tras una contra iniciada en el centro del campo, y el penalti ejecutado por Mbappé selló el 4-1. A pesar del resultado, el Real Madrid no dominó con claridad durante los 90 minutos. El equipo sigue sin imponer un estilo de juego consistente a lo largo del partido. La victoria fue más resultado de momentos clave que de un buen funcionamiento colectivo.

¿Un Real Madrid «diesel»?

La sensación de que el Real Madrid comienza lento y le cuesta dominar desde el inicio ya es habitual esta temporada. Aunque el equipo suele mejorar en la segunda mitad o en los tramos finales del partido, esta falta de consistencia genera dudas ante rivales más exigentes. Vinícius, Mbappé y Bellingham son capaces de resolver partidos con momentos de genialidad, pero la falta de fluidez y cohesión colectiva preocupa a Carlo Ancelotti.

La defensa, aunque sólida en general, tuvo errores puntuales. El fallo de Courtois y algunos despistes abren dudas sobre la seguridad defensiva del equipo. Aunque estos fallos no siempre son castigados por rivales como el Espanyol, pueden ser letales contra equipos de mayor nivel.

Golea, pero no convence

El 4-1 final puede sugerir que el Real Madrid arrolló al Espanyol con una victoria abultada pero la realidad es más compleja. El equipo sigue mostrando irregularidades, con altibajos en su juego y una excesiva dependencia de momentos individuales. Durante largos tramos, el equipo mostró una falta de cohesión que impidió un dominio claro.

La victoria permite al Real Madrid sumar tres puntos importantes y seguir presionando al FC Barcelona, pero el equipo está lejos de su mejor versión. A pesar de contar con jugadores de clase mundial, la falta de un sistema de juego consistente y una mayor contundencia en ambas áreas plantea dudas sobre si el equipo podrá mantener el ritmo durante toda la temporada. Aunque el marcador refleja una victoria abultada pero el equipo aun tiene que corregir muchas cosas para mejorar