Fuente: Remontada Blanca

Una rivalidad con varias cuentas pendientes

12 de julio de 2024

España Eurocopa Inglaterra Selección

Autor:
Emilio Gracia


España e Inglaterra se verán las caras por quinta vez en una Eurocopa, la primera en una final. La Roja no ha ganado nunca a los inventores del fútbol en este torneo y los pross jamás han sido campeones de Europa

Seaman parando a Nadal el penalti que eliminó a España de la Eurocopa de Inglaterra 1996. Captura imagen UEFA.com

El cartel no puede ser más atractivo. España e Inglaterra se verán las caras en el estadio Olímpico de Berlín con el título del campeonato de Europa de selecciones en juego, que puede ser el cuarto para La Roja y el primero para los pross.  Ambos conjuntos han construido una gran rivalidad en base a 27 partidos jugados -el grueso amistosos-, con un balance de 10 victorias para España, 13 para Inglaterra y 4 empates.

En el actual formato de fases finales de la Eurocopa han jugado dos partidos resueltos ambos a favor de los inventores del  fútbol: 2-1 en la primera fase de la Eurocopa de Italia 1980 y empate a cero con victoria inglesa en los penaltis en los cuartos de final de la Eurocopa de 1996 disputada en Inglaterra. Durante la edición de 1968 ambos equipos se enfrentaron a doble partido en la eliminatoria de cuartos de final, con victoria de los en aquel momento campeones del  mundo por 1-0 en Wembley y por 1-2 en la vuelta jugada en el Santiago Bernabéu. Desde Remontada Blanca echamos la vista atrás para rememorar el último partido en una Eurocopa jugado entre ambos combinados hace 28 años en el viejo estadio de Wembley.

La maldición de cuartos

Hubo un tiempo en el que para la selección española era una quimera pasar de cuartos de final. Superar la antepenúltima ronda de un gran torneo, ya fuese Mundial o Eurocopa, suponía para los nuestros una empresa prácticamente imposible. La frustración, para colmo, era mayor porque la ya clásica eliminación en cuartos de final solía venir acompañada de un partido brillante, lo que potenciaba el complejo de inferioridad. Bélgica en el mundial de México 1986, Italia en el de USA 1994 e Inglaterra en la Euro 1996, fueron tres chinas en el zapato que dejaron muy tocadas a brillantes camadas de futbolistas.

No fue hasta el europeo de 2008 cuando la selección española cruzó por primera vez el Rubicón de los cuartos de final en una emocionante tanda de penaltis frente a Italia con Iker Casillas y Cesc Fábregas como héroes.  Aquel triunfo rompió la barrera psicológica de una ronda que se nos hacía bola.

El fútbol vuelve a casa

El fútbol vuelve a casa era el título de la canción oficial de la Eurocopa de 1996. La España de Javier Clemente acudía a aquel torneo tras un brillante mundial de USA 94 en el que una mala definición de Salinas ante Pagliuca, un gol de Roberto Baggio en el minuto 87 y un codazo de Tassotti a Luis Enrique en el descuento que el árbitro húngaro Sándor Puhl se tragó, nos apartó de las semifinales de uno de los mundiales más recordados de la historia.

España era un equipo granítico y de gran despliegue físico que llegaba al ataque con bastante fluidez. El técnico vasco estaba inmerso en una guerra civil con varios medios de comunicación, lo que generó un ambiente de tensión alrededor de equipo que, en parte, dividió a la afición. Para colmo Clemente tomó decisiones muy impopulares e injustas, como no convocar para el Mundial del 94 a Michel o jubilar a Manolo Sanchís sin motivo aparente.

En esas y tras una brillante fase de clasificación España llegaba como una de las favoritas para alzarse con el título de campeón de Europa en la primera edición del torneo que se jugó con 16 selecciones. Un empate a uno contra Bulgaria (semifinalistas del mundial 94), otro empate a un gol ante la Francia de Zidane que ya se cocía como una selección de leyenda y una agónica victoria por 2-1 ante la Rumanía de Hagi (cuartofinalistas en USA 94), certificó el pase a los cuartos de final que llevaron a los pupilos de Clemente al viejo estadio de Wembley para jugar contra los anfitriones por un puesto en semifinales.

Un partido de alto nivel

Los ingleses habían liderado su grupo tras empatar con Suiza (1-1) e imponerse a Escocia (2-0) y Holanda (4-1). Los tabloides británicos calentaron el partido con portadas de mal gusto en las que llamaban a nuestros jugadores carniceros y afirmaban que las mujeres españolas tenían bigote.

El partido, pese al 0-0, fue de un nivel altísimo en todas las facetas. España salió a mandar y mandó. Y jugó como nunca. Y mereció ganar. Pero perdió como se perdía en aquellos años, siendo mejor y con decisiones arbitrales muy controvertidas, lo que elevaba la frustración a unas cotas altísimas.

El inglés David Platt junto a Guillermo Amor y Kiko durante un lance del partido. Imagen EFE

Salió España con Zubizarreta en la portería; una línea de tres centrales formada por Alkorta, Nadal y Abelardo;  Belsué en el carril derecho y Sergi en el izquierdo; HierroAmor  en el medio campo; con Kiko y Manjarín por delante y Julio Salinas en punta de ataque. Los ingleses, al mando de Terry Venables, no se salían del por aquel entonces innegociable 4-4-2 británico, con Seaman bajo palos y el hoy seleccionador Gareth Southgate en el centro de la zaga junto a Adams; Pearce ocupó el lateral izquierdo y Gary Neville el derecho; Platt y Gascoigne movían las manijas en el medio campo, con McManaman y Anderton en las bandas; en ataque el temible goleador Alan Shearer junto a Teddy Sheringham.

Injustos goles anulados

España, con la camiseta que los internacionales han lucido durante la actual Eurocopa en ruedas de prensa y antes de los partidos, comenzó el partido moviendo el balón con fluidez, lo que sorprendió a los ingleses. En los minutos 21 y 33 el árbitro francés Marc Batta anuló dos tantos a Kiko y Julio Salinas por sendos fueras de juego inexistentes.

A cuatro minutos del descanso Manjarín, solo ante  David Seaman y con todo  a favor para poner a España por delante, estrelló el balón contra el cancerbero del Arsenal. La jugada pasaba al museo de lo que pudo ser y no fue de La Roja junto al no gol de Cardeñosa contra Brasil en Argentina 78, el fallo de Arconada en la final de la Eurocopa 84, el penalti errado por Eloy Olaya en México 86, y al fallo de Salinas contra Pagliuca en USA 94.

Javier Clemente, con Julen Guerrero al fondo, abandonando el terreno de juego de Wembley acabado el partido. Captura vídeo UEFA.com

Los once metros dictan sentencia

Inglaterra dio un paso al frente en la segunda parte pero España se mantuvo firme. La agresividad de los locales no era suficiente para inquietar el marco defendido por Zubizarreta. Kiko, inspiradísimo, impartía una clase magistral de juego desde la media punta. La prórroga rompió el duelo, atacando ambos conjuntos en busca del gol de oro que les diese el pase a la final, invento estrenado en aquel torneo.

España había sido mejor pero había sido incapaz de rematar la faena y los penaltis dictarían sentencia. Los fallos de Hierro (tiró al larguero) y de Nadal (paró Sheaman) unido a los cuatro aciertos de los ingleses clasificaron a los anfitriones. En semifinales los penaltis les fueron esquivos ante Alemania tras concluir los noventa minutos con empate a uno. El hoy seleccionador Gareth Southgate falló la pena máxima definitiva que otorgó el pase a la final a Alemania, que se alzó con el título al vencer a la República Checa en la final con un gol de oro de Oliver Bierhoff. El domingo se escribirá un nuevo capítulo de una rivalidad en la que se uno de los equipos logrará un hito histórico: España vencer por primera vez a Inglaterra en una Eurocopa o los ingleses estrenarse en el palmarés del campeonato de Europa.

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