Sábado 02 de septiembre de 2023, fecha fijada en el calendario de los madridistas. El Real Madrid se estrena frente al Getafe en el nuevo Bernabéu con sus mejores galas. El ambiente mostraba el asombro de los asistentes ante tan majestuosa obra y el equipo no podía fallar esa tarde.

EL ESPÍRITU DE LAS REMONTADAS

El equipo recibía a un Getafe dirigido por Bordalás. El equipo azulón hizo gala desde el primer minuto de su idea de juego. Un equipo brusco, compacto en defensa, que imprime una fuerte intensidad en cada duelo y al que es muy difícil crearle ocasiones claras. Ante tal escenario, el club blanco se presentaba ante su afición sin la presencia por lesión de varios de sus grandes activos; Courtois, Militao, Vinicius, Arda Güler, Ceballos y Mendy

En el minuto 11 Borja Mayoral aprovecha un error de Fran García en un pase horizontal, al que Alaba no llega, para adelantar al Getafe en el marcador. El Madrid tomó el mando del encuentro y gozó de varias ocasiones antes del descanso, pero la gran actuación de David Soria y los travesaños dejaban a cero la portería del Getafe. Había que apelar al espíritu de las remontadas. A poco de retomar el inicio de la segunda parte, Joselu se estrena como goleador esta temporada.

En este momento el Real Madrid empieza a acosar el área del Getafe encomendado a un David Soria que hizo un partido soberbio. Ancelotti comenzó el carrusel de cambios con la idea de mantener la presión muy alta, a la par que contener los contragolpes del Getafe. El olor a remontada se podía palpar en la grada, en el ambiente y en la cara de los que más saben de esto. Modric y Kroos manejaron el ataque blanco, gozando de varias ocasiones de gol claras. Hasta que llegó el minuto 95… Lucas Vázquez dispara raso desde fuera del área, David Soria no logra atajar el disparo y, como no, aparece Jude Bellingham para meterla en la jaula. Se desata la locura en el Nuevo Bernabéu, alentado por el carácter, la entrega y el aliento de Sir Jude. El resultado pudo ser más amplio ya que Rodrygo mandó al travesaño un fuerte disparo pocos minutos después.

Se podría imaginar un reencuentro con infinidad de guiones, pero no hay mejor final que volver a casa para presenciar una remontada del equipo y ver a Bellingham con los brazos abiertos, mirando a la grada y besar el escudo…