6 de septiembre de 2024
Autor:
Emilio Gracia
El 6 de septiembre de 1994 el Real Madrid se enfrentó en un amistoso al conjunto azul en el viejo Carlos Tartiere que dejó para la posteridad la puesta de largo de un futbolista que marcaría una época
Raúl durante su debut con el primer equipo del Real Madrid en partido oficial en el estadio de La Romareda. Imagen Real Madrid
La temporada 1994-1995 de la que este año se cumplen treinta años dejó para la posteridad importantes efemérides en clave madridista. En aquel curso, además de recuperar el título de Liga tras cuatro años de penurias deportivas aliñadas con polémicas decisiones arbitrales en momentos clave (Negreira ya hacía de las suyas), el Real Madrid de Jorge Valdano devolvió al Fúlbol Club Barcelona la manita infringida un año antes y, lo más importante, descubrió en la cantera de la vieja Ciudad Deportiva de la Castellana un diamante en bruto de nombre Raúl González Blanco que daría al conjunto de la Castellana innumerables tardes de gloria. El bautismo de aquel imberbe futbolista que se convertiría en uno de los mejores jugadores de la historia del club tuvo lugar en Oviedo.
Jorge Valdano y su segundo, Ángel Cappa, tenían por costumbre entrenar una vez a la semana con las promesas de la cantera, quedándose ambos boquiabiertos con el potencial de un joven jugador de 17 años con unas ganas insultantes de triunfar. Raúl había llegado en 1992 al Real Madrid procedente del Atlético de Madrid tras disolver Jesús Gil y Gil todas las categorías inferiores de los rojiblancos.
Contraportada del diario Marca de octubre de 1994
Era un delantero con un olfato de gol fuera de lo normal y una inteligencia por encima de la media para aprovechar ventajas de toda índole. Tenía una zurda muy precisa y se movía muy bien en espacios cortos tanto para buscar opciones de remate como para asistir sus compañeros. Además, no rehuía el esfuerzo y, en cada partido, se dejaba la piel en el campo. Podía jugar en punta o por detrás de un delantero e incluso en banda. Valdano y Cappa no tardaron en ver todas esas cualidades y fueron introduciéndole poco a poco en la dinámica de los entrenamientos del primer equipo.
Con Butragueño lejos de su mejor forma y en la recta final de su carrera vestido de blanco y Zamorano y Amavisca entendiéndose a la perfección en punta, Valdano buscaba otra opción para el ataque, pues Alfonso y Dubovski, los otros delanteros del plantel, no terminaban de rendir al nivel esperado. El 6 de septiembre el Real Madrid se desplazó a Asturias para jugar un amistoso contra el Real Oviedo en el viejo Carlos Tartiere con motivo de la cesión al club azul del croata Robert Prosinecky. El balcánico, campeón de Europa con el Estrella Roja en la temporada 1990-1991, no había triunfado en el Real Madrid debido al rosario de lesiones musculares que lastraron su paso por el Bernabéu y a problemas psicológicos. En la capital del Principado Prosinecky buscaba reencontrarse consigo mismo de la mano del serbio Radomir Antic, extécnico merengue.
El partido, muy entretenido y retransmitido en directo por las cámaras de Antena 3, concluyó con 2-2 en el marcador. El foco del encuentro fue para el croata, que en su puesta de largo con el Oviedo, jugó a un nivel muy alto. En la segunda parte, y casi de puntillas, Valdano hizo debutar a un joven Raúl González Blanco, por aquel tiempo delantero del Real Madrid C que entrenaba Rafa Benitez. En su estreno compartió punta de ataque con Butragueño, dando sentido a la letra del viejo himno madridista que habla de veteranos y noveles.
Los azules golpearon primero y se adelantaron en el marcador en los primeros veinte minutos con tantos de Carlos a pase de Prosinecky, y del croata en una espectacular jugada personal. A la media hora Zamorano, que pasó de no cortar para Valdano a delantero titular y pichichi de la Liga, recortó distancias. Tras el descanso compadeció en el césped con tan solo 17 años un jovencísimo Raúl. El atacante no desaprovechó un balón interior metido al corazón del área y con el exterior de su pierna izquierda marcó el definitivo 2-2. Después de su exitosa puesta de largo en Oviedo su nombre quedó aparcado para el gran público en medio de una temporada en la que el buen funcionamiento del primer equipo, con Laudrup y Redondo al mando, tenía muy enchufado al madridismo.
A finales del mes de octubre, después de un victoria por 1-3 en otro amistoso disputado en Alemania contra el Kalsruhe, Jorge Valdano le dio la alternativa en partido oficial en La Romareda, dando inicio a una brillantísima carrera repleta de récords que contribuyeron de forma decisiva a que la Copa de Europa volviese al Santiago Bernabéu 32 años después. Pero eso será otra historia.