1 de agosto de 2024
Autor:
Emilio Gracia
El conjunto entrenado por Jorge Valdano recuperó la ilusión de una afición alicaída tras cuatro años de decepciones gracias a los fichajes de Laudrup y Redondo y a una brillante gira veraniega que incluyó nueve triunfos y dos empates
Redondo, Laudrup y Valdano durante la presentación del Real Madrid de la temporada 1994-1995 en el Santiago Bernabéu. Imagen Marca
En el verano de 1994 del que ahora se cumplen 30 años la afición del Real Madrid recuperó la ilusión. El inicio de la década de los 90 con el trauma del atropello sufrido con las dos Ligas perdidas en Tenerife en la última jornada del campeonato había dejado al madridismo al borde de la depresión. En ese tiempo el Dream Team de Cruyff ayudado por los tejemanejes de José Luis Nuñez con la Federación Española de Fútbol (se sospecha que los cimientos del entramado Negreira se construyeron en este periodo), enlazó 4 Ligas seguidas entre 1991 y 1994, además de ganar la Copa de Europa en 1992. El Madrid de la Quinta del Buitre había perdido brillantez y en las arcas del club había telarañas que impedían reforzar al equipo de manera conveniente.
El marzo de 1994 Benito Floro fue cesado tras la inesperada derrota en Lleida que dejaba al equipo sin opciones de ganar la Liga en el curso 1993-1994. El pesimismo invadía a una masa social que veía como por cuarta temporada consecutiva el torneo de la regularidad se celebraba en Canaletas merced al penalti fallado por el deportivista Djukic en el último minuto de la última jornada de Liga.
“Espero devolver algún día todo lo que le he quitado al Real Madrid”, había declarado Jorge Valdano, exjugador madridista entre 1984 y 1988 y en aquel momento técnico del Tenerife. Con los canarios, además de quitarle al Real Madrid dos ligas en las temporadas 1991-1992 y 1992-1993, eliminó a su exequipo en los cuartos de final de la Copa del Rey del curso 1993-1994 con una apabullante victoria en el Bernabéu por 0-3. Tras clasificar a los tinerfeños por primera vez para la Copa de la UEFA el argentino era el técnico de moda y Ramón Mendoza había puesto sus ojos en él para reverdecer laureles. En abril de 1994, semanas después del bochorno de Lleida, Valdano estampaba su firma como entrenador del Real Madrid para la temporada 1994-1995.
Fernando Redondo y Michael Laudrup fueron los fichajes estrella de cara a la temporada 1994-1995. El argentino, procedente del Tenerife, era considerado ya como uno de los mejores organizadores del planeta; por su parte, el danés Michael Laudrup, había sido pieza fundamental del triunfal F.C. Barcelona de inicios de los noventa. Su relación con Johan Cruyff era tensa y Ramón Mendoza aprovechó la coyuntura para vestir de blanco a uno de los mejores jugadores del mundo en aquel momento.
Completaron la nómina de fichajes para la temporada 94-95 el portero Santiago Cañizares procedente del Celta, el lateral izquierdo llegado del Valencia Quique Sánchez Flores y el delantero del Valladolid José Emilio Amavisca. Valdano, que no contaba con Iván Zamorano, pidió un delantero. El uruguayo del Inter de Milán Rubén Sosa era el elegido, llegando incluso a posar con la camiseta blanca para un reportaje en la revista del Real Madrid. La realidad fue que el acuerdo para el traspaso nunca se cerró y Zamorano, a base de goles, se reivindicó durante la pretemporada.
Portada del diario Marca del 19 de julio de 1994
El 18 de julio de 1994 arrancó el Real Madrid de Valdano con una presentación en el Santiago Bernabéu ante 55.000 espectadores, récord de asistencia en aquel momento. El objetivo estaba claro: ganar la Liga y regresar a la Copa de Europa. Como novedad el equipo estrenaba indumentaria de la marcha Kelme tras ocho temporadas con Hummel. Al día siguiente la plantilla, con todos sus efectivos, ponía rumbo a la localidad suiza de Nyon para dar inicio a la pretemporada. Las primeras sesiones de entrenamiento dejaron claras las intenciones de Valdano: esquema de 4-4-2 con defensa en diagonal, rombo en medio campo y dos puntas. El buen ambiente y la camaradería reinaban en la plantilla según contaba a diario la prensa deportiva de la época.
Portada del diario Marca del 19 de julio de 1994
Los dos primeros amistosos de la pretemporada demostraron que había sed de gloria. El conjunto local del Stade Nyonnais sucumbió en el primer ensayo por 1-6 el 26 de julio. Cuatro días después tuvo lugar el primer envite serio de la pretemporada ante el Basilea de la primera división suiza, solventado por 2-3 con tantos de Alfonso, que apuntaba a delantero titular, Dubosvky y Zamorano. Del stage en Suiza Valdano regresó a Madrid con dos certezas: Zamorano entraba en sus planes a base de entrega y goles y Amavisca, con el que en principio tampoco contaba, formaría parte de la plantilla. Los caprichos del destino hicieron que ambos jugadores formasen durante la temporada una pareja vital para lograr el título de Liga.
La gira veraniega de amistosos por territorio nacional disparó las expectativas. Tenerife, un 5 de agosto, fue la primera parada. Un gol del eslovaco Peter Dubovski a los 11 minutos dio la victoria a los de Valdano, rompiendo una maldición en la isla que mantenía en vilo a los blancos. Dos días después el Trofeo Bahía de Cartagena enfrentó en el estadio Cartagonova al Real Madrid contra el Feyenoord holandés. El espectacular despliegue de fútbol de los hombres de Valdano cristalizó en una abultada goleada por 6-2 con goles de Laudrup, Michel, Dani y un triplete de Zamorano. El segundo gol del chileno tras una asistencia de tacón de Laudrup fue la jugada de la pretemporada. Las buenas sensaciones que mostraba el equipo hicieron que en el Bernabéu se declarase el estado de optimismo.
El prestigioso trofeo Teresa Herrera era la siguiente parada. La torre de Hércules no entraba en la sala de trofeos de Concha Espina desde 1980. En semifinales triunfo por 2-1 ante la Sampdoria, uno de los mejores conjuntos italianos del momento, con tantos de Zamorano y Laudrup. En la final frente al Súper Dépor de Arsenio Iglesias un gol de Zamorano en el minuto 75 dio el triunfo al Madrid, que jugó con diez desde el minuto 65 por la expulsión de Luis Enrique. El buen juego, la intensidad y la motivación de una plantilla muy comprometida esbozaron los primeros trazos de un equipo que iba a dominar la Liga.
Portada del diario Marca que recoge el triunfo del Real Madrid en el Teresa Herrera de 1994
La primera edición del torneo de Euskadi disputado en sistema de liguilla ante la Real Sociedad y el Athletic de Bilbao fue el siguiente compromiso de la pretemporada. El empate en Anoeta con gol de Butragueño y la victoria en San Mamés por 0-1 gracias a un tanto de Michel fue suficiente para ganar. El apartado negativo fue la grave lesión de Redondo tras una fea entrada del jugador del Athletic Mendiguren, que mantuvo al argentino dos meses en el dique seco por una rotura parcial del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda.
El equipo estaba en la cresta de la ola y llegó como máximo favorito al trofeo Ramón de Carranza de Cádiz, el otro gran evento futbolístico del verano en la época. El Madrid no pudo lograr el doblete Teresa Herrera- Carranza al caer en semifinales ante el Cádiz en la tanda de penaltis, una vez empató a dos en el tiempo reglamentario. En el partido por el tercer y cuarto puesto se ganó con facilidad al Nápoles por 4-1 con dos goles de Dubosvky y otros dos de Amavisca y Alfonso. El eslovaco se reivindicó en la tacita de plata como un atacante de enorme calidad gracias a un tanto de antología en jugada personal.
El fin de fiesta de la pretemporada era en aquellos años el Trofeo Santiago Bernabéu que en la edición de 1994 enfrentó al Real Madrid con el Palmeiras. Los brasileños eran uno de los mejores equipos del mundo con jugadores de la talla de Zinho (titular en el Brasil campeón de mundo ese mismo verano), Edmundo, César Sampaio, Rivaldo o un joven lateral izquierdo de nombre Roberto Carlos que dos años después se enfundaría la casaca blanca para hacer historia. Dos goles de Zamorano y uno de Michel de libre directo dieron el triunfo al Real Madrid en un partido repleto de alternativas y jugado de poder a poder ante un público entregado.
El buen tono general del equipo durante el verano, la gran actuación de los fichajes con Laudrup como ojito de derecho de la afición, la recuperación de un renacido Zamorano y el gran nivel mostrado por futbolistas como Michel, Hierro, Martín Vázquez, Milla o Sanchís generaron una oleada de ilusión entre una afición deseosa de buenas noticias. La fulgurante pretemporada con 9 victorias y 2 empates catapultó al Real Madrid como favorito número uno para ganar la Liga. Faltaba plasmar sobre el terreno de juego en partidos con puntos en juego las buenas sensaciones y vaya si se hizo. Pero eso será otra historia.