La puesta de largo como madridista del atacante francés demuestra el músculo deportivo y financiero del quince veces campeón de Europa frente a los chanchullos de su más encarnizado rival

Mbappé durante su primer entrenamiento como jugador del Real Madrid. Imagen Real Madrid

El estreno de Kylian Mbappé como jugador del Real Madrid cierra el círculo de una gestión ejemplar. La contratación del futbolista más deseado del planeta supone el enésimo triunfo de un club casado con el éxito y la guinda del pastel de un proyecto que pone a los blancos en el siglo veintidós. Sin urgencias deportivas de ninguna clase y la sala de trofeos a rebosar la masa social merengue debate sobre si el actual ciclo deportivo iniciado en Lisboa en 2014 es mejor que el completado por Di Stéfano, Gento y compañía a mitad del pasado siglo. Seis Copas de Europa en once temporadas es el botín de ambas épocas, nada más y nada menos.

Con el nuevo Santiago Bernabéu terminado y convertido en el mejor recinto deportivo del planeta y una caja registradora en pleno centro de la capital, la salud económica de un club ya de por sí saneado está garantizada para el próximo medio siglo. Y todo sin necesidad de palancas ficticias y tejemanejes de toda clase con el visto bueno de las autoridades (in)competentes para maquillar cuentas y jugar con ventajas frente al resto de equipos. Fichar al mejor jugador del planeta a coste cero es el penúltimo golpe de efecto de una gestión impecable a cargo de Florentino Pérez, prócer del madridismo y el mejor gestor deportivo de todos los tiempos.

Una plantilla de presente y futuro

Ganarlo todo con una plantilla joven que tiene un futuro envidiable y poseer una salud de hierro a nivel económico hace del Real Madrid la envidia del planeta fútbol. Mbappé es la guinda de un proyecto faraónico que, al margen de lo deportivo, supone un nuevo impulso para la marca Real Madrid. Su fichaje es un win win en toda regla tras ocho años de intensas negociaciones y obstáculos de todo tipo. Poner al atacante más deseado del mercado en la mejor delantera del planeta es un éxito incontestable que no garantiza títulos pero aumenta las posibilidades de lograrlos. Una buena gestión pasa por potenciar los puntos fuertes e ilusionar a una afición que cuenta las horas para ver a todas sus figuras juntas sobre el césped, suponiendo ello el círculo perfecto que se cierra.

Palancas y Negreira

Enfrente a la perfección encarnada por los blancos está la decrepitud de su más encarnizado rival. La enésima palanca sospechosa a cargo de una empresa de restauración para poder inscribir a jugadores y las nuevas noticias del caso Negreira ponen el foco en las cloacas de una entidad que vive a golpe de trampas ante la indiferencia de la mayoría de clubes e instituciones. Los tres millones de euros que la esposa de Negreira recibió desde 1992 sumados a los siete que el F.C. Barcelona pagó directamente al ex colegiado para corromper el sistema arbitral sin que hasta el momento haya mediado sanción alguna, es el último escarnio de un club que es més por jugar con las cartas marcadas. Nada que ya supiésemos. La perfección del círculo que cierra Mbappé contra chanchullismo.