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La Superliga noquea a la UEFA

21 de diciembre de 2023

FIFA Florentino Pérez LaLiga Real Madrid Superliga Uefa

Autor:
Emilio Gracia


El fallo del Tribunal de Justicia Europea decreta que el máximo organismo del fútbol europeo ostenta un monopolio incompatible con las normas de la unión, dando vía a los clubes a crear nuevas competiciones como la Superliga sin exponerse a sanciones

Día histórico para el fútbol europeo. El fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en favor de la Superliga en lo referente a la creación de una nueva competición al margen de la UEFA marca el comienzo de una nueva era. El máximo ente del fútbol europeo no podrá a partir de ahora amenazar con sancionar a aquellos clubes que no deseen estar bajo su manto. El varapalo para la UEFA es de tal calibre que no admite discusión. El concepto de “abuso de poder dominante” por parte de la UEFA que aparece en la sentencia ha sido la clave de la batalla legar abierta hace dos años y el argumento que A22, la empresa encargada de la organización de la Superliga, ha esgrimido para defender el surgimiento de un nuevo orden. La sentencia de la justicia europea no es recurrible.

¿Y ahora qué?

Desde hoy el fútbol europeo se enfrenta a una serie de preguntas.  ¿Buscará A22 algún tipo de acuerdo con la UEFA? ¿Organizará A22 una competición en solitario a partir de la temporada que viene? ¿Qué postura tomarán los clubes ingleses? Una cosa parece clara: a la UEFA se le acaba de morir la gallina de los huevos de oro. La Champions League, competición creada en 1992, es la principal fuente de ingresos de la UEFA, organismo que de manera unilateral y sin contar con los clubes, negocia el gran pastel de los derechos de la competición quedándose con buena parte de los beneficios.

A partir de ahora serán los propios clubes los que negocien los contratos de televisión sin ningún intermediario. UEFA deberá reinventarse o intentar llegar a la desesperada a un acuerdo con la Superliga. Un acuerdo en el que desde hoy es la parte débil.

Ceferín, el gran derrotado

Ceferin, el PSG y el Bayern de Munich son los grandes perdedores de la sentencia de hoy. El presidente de la UEFA, alineado de manera descarada con los catarís del PSG, es el gran perdedor. Sorprende la presencia en ese bando del Bayern de Munich, con su presidente Karl-Heinz Rummenigge a la cabeza. La capacidad de los dirigentes del club de Baviera de arrimarse al sol que más calienta hace que muy probablemente ya hayan empezado la maniobra para bajarse del barco de la UEFA, tocado y hundido como el Titanic, para buscar acomodo en el nuevo transatlántico de la Superliga como si no hubiese pasado nada.

¿Qué harán los clubes ingleses?

La gran pregunta ahora es que postura tomarán los clubes ingleses que en 2021 se mostraron a favor de la Superliga para días después recular ante las amenazas de la UEFA y del gobierno británico. Todos los clubes del big six (Manchester City, Liverpool, Manchester United, Arsenal, Chelsea y Tottenham) son de capital mayoritariamente estadounidense a excepción del City, propiedad de Emiratos Árabes Unidos, por lo que resultaría muy extraño que siguiesen en el redil de la UEFA pudiendo unirse a una nueva competición que les daría más poder de decisión y mayores beneficios económicos.

Una sentencia histórica

El calado de la resolución de la Superliga es de tal magnitud que puede compararse con la importancia que en 1995 tuvo la sentencia del caso Bosman que permitía a los futbolistas de los países miembros de la Unión Europea jugar sin ocupar plaza de extranjeros. Aquella decisión cambió el mapa del fútbol mundial hasta nuestros días y dibujó un nuevo horizonte que alteró las normas vigentes hasta ese momento en lo que a la contratación de jugadores se refiere. Lo ocurrido hoy se asemeja a lo que pasó hace casi tres décadas.

Tebas, en fuera de juego

Por otro lado Tebas ha encabezado desde el minuto uno la oposición a la nueva competición por unos intereses que algún día deberá explicar. Lo que la Superliga pretende a nivel europeo no deja de ser lo mismo que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) hace a nivel nacional: organizar una competición sin estar supeditada a la Federación Española de Fútbol (RFEF). La campaña apocalíptica lanzada desde ayer por la LFP y que hoy seguirá con lemas camiseteros  absurdos y proclamas fuera de lugar, no es otra cosa que intentar poner puertas al campo de una manera interesada.

Tebas miente al afirmar que la Supeliga acabará con las Ligas nacionales. Lo preocupante para él  es que a partir de ahora perderá una importante cuota de poder basada en la amenaza constante. Durante su mandato al frente de la Liga ha empobrecido la competición y creado un sistema clientelar en el que con recursos ajenos ha logrado ganarse el apoyo de la mayoría de los clubes a base de prebendas.  Tendrá que tirar de imaginación para lanzar a la opinión pública un relato que consiga engañar a aficionados y dirigentes para seguir al frente de un cortijo ruinoso.

Normas justas

Por último, el gran desafío al que se enfrenta la Superliga pasa por crear una competición en la que todos los clubes sean iguales. Uno de los aspectos que ha desatado la tormenta que hoy ha descargado ha sido la pasividad de la UEFA hacia el PSG y Mánchester City, clubes Estado de capital árabe que durante los últimos años se han saltado a la torera el fair play financiero sin consecuencia de ningún tipo. City y PSG llevan años jugando con las cartas marcadas mientras UEFA mira para otro lado, generando una inflación insostenible en el ecosistema del fútbol en base a patrocinios ficticios y fuera de mercado que han puesto a muchos clubes históricos contra las cuerdas. Regular todo esto debe ser prioritario en el nuevo orden futbolístico para que la nueva competición sea justa.

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