Fuente: Remontada Blanca

La Quinta del Buitre descabeza a la bestia negra del Bayern

6 de mayo de 2024

Bayern Copa de Europa Real Madrid UEFA Champions League

Autor:
Emilio Gracia


A la tercera fue la vencida para el Real Madrid que hizo hincar la rodilla al Bayern de Múnich en una recordada eliminatoria disputada en la temporada 1987- 1988 en la que el Bernabéu llevó en volandas a los blancos. Los goles de Jankovic y Michel sellaron una remontada histórica

Michel marcando el 2-0 en la eliminatoria contra el Bayern Múnich de la temporada 1987-1988. Imagen AS

El 16 de marzo de 1988 el madridismo se sacó una espinita que tenía clavada en lo más profundo del corazón. A la tercera fue la vencida y el ogro alemán encarnado en el Bayern de Munich claudicó en un Bernabéu convertido en una caldera que llevó en volandas a los suyos. Tras dos eliminaciones traumáticas a manos de los bávaros que apartaron a los blancos de la final de la Copa de Europa en las temporadas 1975-1976 y 1986-1987, los chicos de la Quinta del Buitre se tomaron la revancha en los cuartos de final de la temporada 1987-1988. El 2-0 logrado aquella noche remontó el 3-2 que los alemanes habían logrado en el nevado Olímpico de Munich quince días antes. La Quinta del Buitre ponía rumbo a lo que parecía la ansiada Séptima Copa de Europa que se retrasaba más de lo previsto.

Equipos inabordables

El fútbol alemán de los años 70 y 80 destacaba por una superioridad física insultante que les hacía ganar partidos por aplastamiento. La sombra de la ingesta de sustancias prohibidas planeaba sobre los conjuntos de las dos alemanias en una época donde los controles antidoping no existían y se aprovechaba cualquier triquiñuela para lograr ventajas.

Además de las dos eliminaciones perdidas en los dos primeros duelos contra el Bayern de Múnich el Madrid sufrió una derrota muy traumática contra el Hamburgo en la temporada 1979-1980. En la ida de las semifinales de la Copa de Europa cuya final se iba a disputar en el Santiago Bernabéu el Real Madrid se deshizo del Hamburgo de Kevin Keegan, Felix Magath, Manfred Kaltz y el tanque Horts Hrubesch por 2-0. La final estaba en la mano a falta de la vuelta, que se convirtió en una pesadilla. Un 5-1 con expulsión incluida de Bel Bosque aplastó a los hombres de Boskov que, un año más tarde, accederían a la final de París que perderían contra el Liverpool en el Parque de los Príncipes.

En la temporada 81-82 el Kaiserslautern, en los cuartos de final de la Copa de la UEFA, despachó a los merengues con otra manita. El 3-1 de la ida en el Bernabéu fue contrarrestado por un 5-0 en tierras germanas en un partido en el que los blancos no tuvieron opciones.

La Copa de la UEFA rompe el maleficio

Entre medias los descarados miembros de la Quinta habían derrotado a doble partido al Borusia Mönchengladbanch en octavos y al Colonia de Harald Schumacher, Pierre Littbarski y Klaus Allofs  en la final de la Copa de la UEFA de la temporada 1985-1986. Al año siguiente asaltaron por primera vez la Copa de Europa topándose con el  Bayern de Lothar Matthäus en semifinales. La ida jugada en Múnich concluyó con un 4-1 en contra debido a una riestra de errores individuales y a un controvertido arbitraje del escoces Valentine que dejó al Madrid con nueve. Fue el partido del pisotón de Juanito a Matthäus.

La vuelta en el Bernabéu acabó con un insuficiente 1-0 que cortó la racha de 15 eliminatorias europeas consecutivas superadas por el Real Madrid. Los incidentes acaecidos en el fondo sur que incluyeron el lanzamiento de todo tipo de objetos provocaron una dura sanción por parte de la UEFA. El líbero Klaus Augenthaler se las vio con Hugo Sánchez y tras sacudirse ambos de lo lindo fue expulsado a la media hora por una agresión al mexicano que vio el linier, retirándose del terreno de juego haciendo el gesto de los cuernos con los dedos índice sobre su cabeza que enervó a los 100.000 espectadores que abarrotaban las gradas.  “Al llegar la vestuario abrí la ducha para no escuchar el ruido. El estadio se caía cada vez que ellos atacaban”, recordaba años después el defensa alemán campeón del mundo en Italia 1990.

Augenthaler haciendo el gesto de los cuernos al público del Bernabéu tras ser expulsado en la vuelta de las semifinales de la Copa de Europa de la temporada 1986-1987. Imagen AS

Cuando tras eliminar al Nápoles de Maradona en primera ronda y al Oporto (vigente campeón de Europa) salió la bola del Bayern en el sorteo de los cuartos de final de la Copa de Europa de la temporada 1987-1988 el madridismo clamaba venganza.

Un campo nevado

El Real Madrid fue recibido en Múnich con una intensa nevada que puso en peligro la disputa del encuentro. Los operarios del estadio Olímpico trabajaron a destajo para  retirar del césped la nieve y el partido se disputó en unas condiciones de frío intenso que no presagiaban nada bueno para los visitantes. El partido transcurría muy igualado cuando en el minuto 39 el defensa Pluger engatilló un rechace en un córner para fusilar a Buyo y poner el 1-0 en el marcador. En el minuto 45 un partido que parecía controlado se complicó con el 2-0 logrado por otro defensa: Eder, en posición de delantero, descerrajó un obús a pase de Hughes que ponía la eliminatoria muy cuesta arriba.

El inicio de la segunda parte no pudo ser peor: el delantero Wolfhart rebañó un balón en el área después de un disparo de Matthäus para hacer el 3-0. En tres jugadas aisladas en el transcurso de siete minutos los alemanes habían logrado una ventaja que parecía insalvable. Pero aquel Madrid no se iba a rendir tan fácilmente y comenzó a trenzar jugadas peligrosas. Butragueño ponía en constantes apuros a los alemanes y en el minuto 85 cazó un balón en el área tras un mal despeje de Eder para recortar distancias. Tres minutos después una falta lateral lanzada por Hugo Sánchez se le escurrió al belga Jean Marie Pfaff entre las manos. La derrota final por 3-2 sabía a victoria.

Cartel del Real Madrid- Bayern de Múnich disputado el 16 de marzo de 1988.

Una noche inolvidable

No entraba un alfiler en el Bernabéu la noche del 16 de marzo del 1988. El día D y la hora H para acabar con el trauma del Bayern de Múnich  había llegado. Jupp Heynckes, el entrenador que traería la Séptima a la casa blanca diez años después, ocupaba el banquillo del campeón alemán. Tras colocar a Augenthaler en el medio campo en la ida en un movimiento táctico que descolocó a los merengues, volvió a ubicarle de líbero en la vuelta con Eder marcando al hombre a Hugo Sánchez y Flick a Butragueño. Winkklhofer  y Pluger  taponaban a Michel y Gordillo en las bandas mientras Andreas Brehme, en el medio, vigilaba a Jankovic y Matthäus buscaba conectar con el galés Hughes, Worfhat y el zurdo Korgl.

Leo Beenhakker planteó un partido práctico: Martín Vazquez fue baja por lesión ocupando su puesto Gallego, encargado de llevar la manija del equipo y de apoyar a la defensa formada por Chendo, Sanchís, Tendillo y Camacho. Por delante Jankovic conectaba con Butragueño y abría balones a las bandas para Michel y Gordillo.

Jankovic y Michel, goleadores

Tras un inicio de lógico tanteo el Madrid adelantó la defensa para empujar al Bayern hacía atrás y percutir por las bandas. Butragueño entre líneas causaba estragos en la defensa bávara. A los 26 minutos una falta al borde del área cometida sobre el Buitre inflamó al Bernabéu. El yugoslavo Milan Jankovic la botó y tras rozar en un defensor se coló como un obús en la puerta de Pfaff. El Bernabeú gritaba campeones, campeones cuando al filo del descanso una sensacional internada de Gordillo por la izquierda fue rematada por Michel de volea en el segundo palo para hacer el 2-0.

Hugo Sánchez intenta rematar un balón en un lance del partido de vuelta de la temporada 1987-1988. Imagen Real Madrid

La segunda parte transcurrió con un Madrid buscando las contras para sentenciar la eliminatoria y el Bayern intentado recortar distancias. En el  minuto 90 Butragueño regaló al público una jugada mágica en la que sentó a Brehme en el área para definir pegado al poste y estar a punto de hacer un gol de bandera. Fue el fin de fiesta perfecto para una noche inolvidable en la que el Real Madrid, a la tercera, eliminó por primera vez al Bayern de Múnich, su bestia negra en aquel tiempo. En semifinales el PSV frenó en seco las ilusiones del mejor equipo de Europa, un campeón moral sin corona que se ganó el cariño y el respeto de unos aficionados a los que hizo soñar con una Séptima que se retrasó una década más.  

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