24 de junio de 2024
Autor:
Emilio Gracia
El seleccionador francés, Didier Deschamps, deberá decidir si alinea a su estrella frente a Polonia para optar con garantías al primer puesto del grupo o lo reserva para el duelo de octavos de final
Mbappé celebrando con Dembélé el único tanto de Francia en la presente Eurocopa. Imagen Marca
El seleccionador francés, Didier Dechamps, se enfrenta a una conjetura de la que puede depender el futuro de la tricolor en la presente Eurocopa. El que fuera brillante mediocentro del equipo campeón del mundo en Francia 98 deberá decidir si alinear al renqueante Mbappé en el decisivo partido de mañana contra Polonia, o reserva a su mejor jugador para el duelo de octavos de final.
El golpe fortuito en el primer partido de la Eurocopa contra el hombro del austriaco Kevin Danso que fracturó la nariz del nuevo jugador del Real Madrid obliga a Deschamps a enfrentarse a una conjetura difícil de resolver. Con 4 puntos en su casillero tras ganar a Austria y empatar con Países Bajos Les bleus ya están clasificados para los octavos de final pero no como primeros de grupo, no dependiendo de ellos mismos para serlo.
Para quedar campeona de grupo Francia deberá ganar a Polonia por dos goles más de lo que lo haga Países Bajos a Austria, en el supuesto de que los de Ronald Koeman dobleguen al combinado de Ralf Rangnick, uno de los equipos que más alabanzas está coleccionando por parte de la prensa especializada. Quedar primeros de grupo supondría en, teoría, tener el camino bastante despejado hasta semifinales para los actuales subcampeones del mundo.
En dos partidos Francia sólo ha metido un gol y fue en propia puerta, por lo que la entrada de Mbappé en el once se antoja clave para una selección que ha dejado hasta ahora más sombras que luces. La rotura del tabique nasal aconsejaría más días de reposo y de haber ganado a Países Bajos es seguro que Mbappé no saltaría al césped hasta los cruces, pero el empate ante la Orange ha cambiado el plan inicial de Francia.
De jugar mañana el de Bondy se arriesga a recibir otro golpe en su maltrecha nariz que no se operará hasta que termine la Eurocopa, lo que podría dejarle definitivamente fuera de un torneo en el que no termina de tener suerte. A ello se suma la incomodidad de jugar con una máscara protectora y el hecho de hacerlo con la precaución de no ir a los choques ni a los remates de cabeza al cien por cien.
En la Eurocopa jugada en 2021 Francia cayó sorprendentemente en octavos de final contra Suiza, errando Mbappé el penalti decisivo en la tanda que les dejó fuera. En aquel torneo disputado un año después de lo previsto por la pandemia el nuevo jugador blanco se despidió sin anotar un solo gol en los cuatro partidos que jugó.
Después de una temporada muy complicada en el PSG teniendo que soportar importantes presiones para que no fichase por el Real Madrid Mbappé acudía al campeonato de Europa de selecciones con ganas de reivindicarse y de demostrar que es un jugador destinado a marcar una época. La conjetura a la que se enfrenta Deschamps y el propio jugador no es baladí. Con Mbappé, aunque sea a medio gas, Francia es un equipo temible, pero de jugar para asegurar el primer puesto de grupo con la fractura de nariz todavía fresca los franceses podrían arriesgarse a perder definitivamente a su estrella.