13 de febrero de 2024
Autor:
Emilio Gracia
El estado de forma de Toni Kroos es una de las claves del buen momento del equipo, líder indiscutible en la Liga y con todo por hacer en la Champions
Kroos, con el brazalete de capitán, en un partido de esta temporada. Imagen de AFP7.
La renovación de Toni Kroos por el Real Madrid debe convertirse de aquí a final de temporada en una cuestión prioritaria para la dirección deportiva. El alemán ofrece en cada partido una clase magistral de juego que marida a la perfección con la exuberancia física que ofrece el nuevo centro del campo del R. Madrid. Su elegancia, sentido táctico y capacidad para dar al juego la velocidad que necesita es una de las claves del buen momento de forma del equipo, intratable en Liga, con todo por hacer en Champions y con la Supercopa en la sala de trofeos tras golear al Barcelona en la final.
A sus 34 años la política del club obliga a ofrecer un buen rendimiento para renovar año a año. Kroos lo sabe y, él mismo, ha dejado claro que no alargará su carrera en el caso de que no se vea con la capacidad de ser importante desde el césped. El partido del sábado contra el Girona deja claro que su renovación debe ser prioritaria por justa, pues estamos ante uno de los mejores centrocampistas de la historia del futbol europeo en un momento de forma excepcional.
En los setenta minutos que estuvo sobre el césped el pasado sábado contra el Girona completó un porcentaje de aciertos en pases del 98%, con 64 completados sobre un total de 63. La combinación de pases cortos y largos a derecha e izquierda, pelotas profundas y movimientos de apoyo para mover al equipo al compás de su cerebro de arquitecto fueron una de las claves del perfecto partido que trituró al equipo revelación de la Liga. El cien por cien de aciertos en pases largos, con 14 completados sobre 14 intentos, fue la guinda de una exhibición que levantó al público del Santiago Bernabéu de sus asientos cuando a falta de veinte minutos fue sustituido por Modric.
El jugador germano en el partido frente al Villarreal de esta temporada. Imagen de Denis Doyle.
Desde que Toni Kroos llegase al R. Madrid en el verano de 2014 se ha convertido en uno de los jugadores preferidos por el madridismo. Su juego de salón y profesionalidad ha calado en unos aficionados conscientes de que tienen ante sus ojos a un futbolista generacional. Su sola presencia justifica el precio pagado por una entrada. Toni ya es una leyenda del club y debe seguir siéndolo. Tras formar junto a Modric y Casemiro uno de los centros del campo más brillantes de la historia del fútbol el germano tutela ahora con maestría a la nueva generación de los Valverde, Camavinga, Bellingham, Tchouameni, Nico Paz, Güler y Brahim.
Con la más que posible salida de Modric a final de temporada Kroos debe permanecer en la plantilla por méritos deportivos y por jerarquía. Tener a uno de los mejores medios de la historia del fútbol dando clases prácticas a la nueva generación desde el césped es todo un lujo.