Mbappé, que fabricó el único gol de partido con una internada desde la derecha, se retiró en el minuto 90 sangrando abundantemente por la nariz tras golpearse con el hombro del austriaco Danso

Mbappé en una acción del partido. Imagen UEFA

La puesta de largo de Francia en esta Eurocopa no fue brillante pero si suficiente para lograr sus tres primeros puntos y encarrilar el pase a los octavos de final. Lo peor para los grandes favoritos al triunfo final fue la preocupante imagen de Mbappé saliendo del terreno de juego con la nariz maltrecha y sangrando a borbotones tras un durísimo golpe contra el hombro de Wober cuando intentaba rematar un balón de cabeza.

El ya jugador del Real Madrid jugó con total libertad de movimientos, alternando la parte izquierda del ataque con la posición de delantero centro. Desde la izquierda precisamente arrancó a la velocidad de la luz al poco de comenzar el duelo para culminar la jugada con un ajustado disparo con la derecha que el guardameta Pentz desvió a córner. El fútbol de los campeones del mundo en Rusia 2018 es sencillo: los trotones Rabiot y Kante cortan y roban en la medular para a continuación lanzar a los delanteros, por lo general, previa canalización vía Griezmann. Otra opción de ataque son las internadas de Theo Hernández por la banda izquierda con la fuerza de un tren de mercancías. Dembelé, por la derecha, pasaba desapercibido, al igual que Thuram. El delantero del Inter ocupaba las zonas que descartaba Mbappé.

Dominio infructuoso

Enfrente una ordenada Austria con jugadores de buen pie en el medio campo y carente de puñales en la definición. Los centroeuropeos hace tiempo que no fabrican delanteros de la talla de Polster o Krankl con los que hacer temblar de verdad a las defensas rivales. Aun así una dejaba de Sabitzer a Baumgartner estuvo a punto de poner por delante a los compatriotas de Mozart de no ser por una buena intervención de Maignan.

Como era de esperar la movilidad de los delanteros galos desequilibró la balanza. Tras no hacer diana desde la izquierda ni por el centro Mbappé probó por la derecha poniendo un centro que acabó en gol en propia puerta de Wober. Sin forzar mucho la máquina y sin pasar apuros los grandes favoritos al título se fueron con ventaja al descanso.

Segunda parte

Los segundos cuarenta y cinco minutos comenzaron con un mano a mano de Mbappé. Las cuerdas vocales de los aficionados de Francia se tensionaron para cantar el segundo gol pero el nuevo jugador del Real Madrid ajustó en exceso la definición, que salió rozando el palo izquierdo de la meta austriaca. Es raro ver al exjugador del PSG desaprovechar ese tipo de caramelos.

Una Francia más replegada buscaba las contras para sentenciar mientras Austria cambiaba su 4-2-3-1 inicial por un esquema con tres puntas; pero ni con esas los pupilos de Rangnick le hacían cosquillas a una defensa gala muy firme, y eso que enfrente tenían a Upamecano, especializado en cometer graves errores desde que hace dos años fichase por el Bayern de Múnich. Para evitar sobresaltos innecesarios Deschamps dio entrada a Camavinga con la intención de dar brío al medio campo. En veinte minutos le dio tiempo a barrer todo lo que caía a su alrededor y a crear peligro en una internada por el flanco izquierdo.

Con el partido languideciendo el rostro de Mbappé se golpeó violentamente contra el hombro de Danso al intentar rematar de cabeza una falta lateral, lo que le ocasionó una abundante hemorragia en la nariz. Veremos si no se trata de una fractura en el tabique nasal, lo que puede dejarle mermado para el resto del torneo. La jugada aturdió a Francia, que aguantó los nueve minutos de descuento congelando el juego y pudiendo incluso meter el segundo por medio de Giroud.