19 de febrero de 2025
Autor:
Emilio Gracia
Tres tantos del francés y una perfecta actuación coral del campeón de Europa destrozan a un Manchester City que no tiró a puerta hasta el minuto 75
Fueron tres pero pudieron ser muchos más. Por dominio, ganas y fútbol, el Real Madrid pasó por encima del equipo más rico del planeta sin necesidad de poner la máquina a tope de revoluciones. En la mejor actuación coral de lo que va de temporada el quince veces campeón de Europa hizo lo que quiso y cuando quiso para sellar su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones por una global de 6-3. Lo mejor de la eliminatoria para los ingleses fue el resultado; el saco de goles pudo haber sido mayor de haber querido hacer sangre los locales.
El Manchester City, el equipo que gasta el dinero que quiere saltándose las normas que le da la gana sin consecuencia alguna, fue un guiñapo. Los «guardiólogos» son incapaces explicar las causas del derrumbe de un equipo que para jugar esta eliminatoria se gastó 200 millones de euros en fichajes como quien se come un helado en un día de verano. El derrumbe físico de un equipo que antaño presionaba del minuto 1 al 90 como si no le costara es una de ellas.
En las pizarras hubo novedades. Ancelotti, con Rüdiger recuperado, colocó a Tchouaméni en la dirección del equipo. Asencio fue la pareja del alemán y Valderde ocupó la posición de lateral diestro. Guardiola contó con la importantísima baja por lesión de Haaland, que solucionó con Foden pululando en la posición de falso nueve y dando la titularidad en medio campo al recién llegado Nico González.
El partido duró tres minutos, el tiempo que tardó la defensa del City en comerse un gran pase largo de Asencio al corazón de los centrales que, con mucha calidad, Mbappé, de pulcra vaselina, introdujo en la portería de Ederson. Para estas cosas fue fichado el francés. Pagaron los campeones de la Premier la valentía de su planteamiento, que incluía presión arriba y defensa adelantada. El mazazo definitivo para la retaguardia del City fue la lesión a los 7 minutos de Stones. El Madrid tenía el partido en el punto que quería, con las salidas rápidas como norma suprema.
Al ritmo que marcaba Ceballos fueron poco a poco haciéndose con el control de juego los merengues, que corrían para adelante y para atrás evitando así que la estructura táctica se quebrase. Rodrygo y Bellingham tapaban las bandas en los ataques ingleses, dejando a Vinicius y Mbappé liberados en busca de duelos a toda velocidad. A base disparos desde la frontal y de entradas por ambas bandas el Madrid inició el asedio. Se mascaba la sentencia definitiva.
El 2-0 fue la confirmación definitiva de que la delantera del Real Madrid, a pleno rendimiento, es imparable. Vinicius, tirado a la derecha, le pasó la pelota a Rodrygo, que bailó samba en el área y, con un pase de caño, puso una golosina en la boca Mbappé, que sentó a su par con un recorte seco y con un tiro ajustado a la izquierda marcó el segundo. El tanto puso en pie al Bernabéu, que olía goleada.
Otro que hizo un gran partido fue Tchouaméni. El francés, objeto de críticas constantes, cortaba, distribuía y hacia la cobertura en el lateral derecho a Valverde cuando el uruguayo se despegaba en ataque o se iba al centro, completando una actuación para tapar bocas. En el apartado de destacados es inevitable poner el foco en Raúl Asencio. Rápido en la corrección y siempre bien colocado se está destapando también como un pasador en largo de altísima precisión. Cada día tiene más cara de Sergio Ramos.
El partido en la segunda parte tuvo el mismo guion. Dos balones a la espalda de la zaga puestos con precisión suiza por Fede Valverde que no encontraron rematador, y un tiro lejano de Rodrygo abrieron el fuego. El ex del Santos pasa por su mejor momento desde que llegó al Real Madrid. Al gol que tiene en la sangre empieza a sumar la regularidad que antes le faltaba. El ambiente de fiesta en las gradas iba de la mano del buen juego de los de Ancelotti.
El 3-0 demostró la categoría de jugador que es Kylian Mbappé. En el pico del área grande recibió un pase de Bellingham, encaró y se fue de su par para cambiarse de pierna la pelota y, con la zurda, ponerla en la cepa del poste contrario. Su primer hat trick de blanco se materializó con todo el planeta fútbol pendiente de la televisión. Guardiola ponía cara de resignación. Los últimos minutos vieron a los blancos bajar de revoluciones y el City, por medio de Nico que cazó el rechace de una falta lanzada al larguero por Marmoush, marcó el gol del honor. El viernes el sorteo de octavos de final. Espera el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso o el Atlético de Madrid.
Real Madrid: Courtois; Valverde (Alaba min 90), Rüdiger, Asencio, Mendy; Ceballos (Camavinga min 78), Tchouaméni (Modric min 83), Bellingham; Vinicius (Endrick min 90), Mbappé (Brahim min 78) y Rodrygo.
Manchester City: Ederson; Khusanov, Stones (Aké min 8), Dias, Gvardiol; Nico, Gündogan (Kovaic min 77); Bernardo, Foden (Mcatee min 77), Savinho y Marmoush.
Goles: 1-0 Mbappé min 4; 2-0 Mbappé min 33; 3-0 Mbappé min 61; 3-1 Nico González min 92.
Árbitro: Kovacs. Amonestó a Bellingham por parte del Real Madrid, y a Nico González y a Gundogan por parte del Manchester City.