Fuente: Remontada Blanca

El origen del antimadridismo en Valencia

29 de febrero de 2024

LA LIGA LaLiga Real Madrid Vinicius Jr

Autor:
Emilio Gracia


El fichaje de Mijatovic o la final de Champions del 2000 están en el origen del actual antimadridismo que inunda el estadio de Mestalla

Gol de Raúl al Valencia

Raúl marcando el tercer gol del Real Madrid en la final de la Liga de Campeones de la temporada 1999-2000 diputada en París. EFE

¿Cuándo se inició el antimadridismo?

El fichaje de Pedja Mijatovic, una goleada en una final de la Liga de Campeones y un vídeo. Estas tres situaciones son el embrión de la enconada rivalidad creada desde Valencia que tiene al Real Madrid como el malo de una historia tergiversada por delirios de directivos y unos medios de comunicación que han mezclado el deporte con las malas artes para sembrar el antimadridismo.

Real Madrid y Valencia han tenido históricamente una relación cordial dentro de la normal rivalidad deportiva que siempre hubo entre ambas instituciones. El Valencia de Kempes ganó en 1979 una final de Copa del Rey en el Calderón que impidió un doblete blanco, y en la temporada 1982-1983 una derrota por 1-0 en la última jornada en Mestalla con el Valencia jugándose el descenso dejó al Real Madrid sin ganar aquella Liga que fue a parar a manos del Athletic de Bilbao de Javier Clemente. Capítulos de una lucha que se circunscribía sólo al terreno de juego y donde no había ni rastro de antimadridismo.

De locales en Mestalla

El buen ambiente entre clubes y aficiones tuvo su punto culminante en la temporada 1987-1988. El Madrid de la Quinta del Buitre buscaba la Copa de Europa y el club eligió Mestalla para jugar de local la ida de los octavos de final frente al Oporto, vigente campeón de Europa. El equipo presidido por Ramón Mendoza arrastraba una sanción de la UEFA debido a incidentes provocados por los Ultra Sur en la vuelta de las semifinales de la Copa de Europa de la temporada anterior que enfrentó a los blancos contra el Bayern Munich.

El máximo organismo del fútbol europeo sancionó con dureza al Real Madrid, decretando que durante la temporada siguiente debía jugar un partido a puerta cerrada en el Bernabéu (el disputado frente al Nápoles de Maradona en la primera eliminatoria) y otro a 300 kilómetros de la capital. Mendoza descartó Zaragoza o Sevilla y se decantó por Valencia. El cartel era espectacular: Oporto, actual campeón de Europa, contra el Real Madrid, principal aspirante a quitarle la corona. Valencia se volcó con el partido. En medio de un ambiente espectacular los pupilos de Beenhakker se impusieron por 2-1 a los portugueses tras una remontada marca de la casa en los minutos finales con goles de Hugo Sánchez y Sanchís que encarriló el billete para los cuartos de final.

Gol de Sanchís al Oporto en 1987

Sanchís anotando el tanto del triunfo en el partido disputado en Mestalla contra el Oporto en 1987. Imagen TVE

El fichaje de Mijatovic

La buena relación entre clubes comenzó a torcerse en marzo de 1996. Lorenzo Sanz planificaba con precisión una reconstrucción que iba a devolver al Real Madrid a la cima del mundo y puso sus ojos en Pedja Mijatovic, el  jugador de moda en el fútbol español. El montenegrino había llegado a Valencia en el verano de 1993 procedente del Partizán de Belgrado, destapándose desde el principio como un jugador de postín. La temporada 1995-1996 fue la de su consagración. El Valencia luchó hasta la última jornada por una Liga que se llevó el Atlético de Madrid y Mijatovic anotó 28 goles. Real Madrid, Barcelona , Inter y varios clubes ingleses se lanzaron a por la contratación del montenegrino.

El 12 de marzo de 1996 saltó la noticia. El diario Marca publicó el acuerdo entre Mijatovic y el Real Madrid a partir del 30 de junio de ese año. En aquellos tiempos era práctica habitual que jugadores con contrato en vigor negociasen con otros clubes al no existir la actual norma de la FIFA que prohíbe hacerlo hasta que a los futbolistas les queden seis meses para terminar su contrato. El fichaje, confirmado un día después por José María García sacando a la luz el borrador manuscrito del contrato, cayó como una bomba en la capital del Turia.

Portada Marca

Portada del diario Marca del 4 de julio de 1996.

El pago de la cláusula

Lorenzo Sanz pagó los 1.200 millones de pesetas (unos siete millones de euros) de su claúsula de rescisión para cerrar el fichaje del hombre de la Séptima. Pedja se convirtió en el jugador más caro de la historia del Real Madrid y en la transacción más alta de un jugador en España desde que el Barcelona desembolsase una cantidad similar para hacerse con Maradona en 1982.

El presidente del Valencia, Paco Roig, -hermano del actual mandamás del Villarreal-, entró en cólera y comenzó a soltar soflamas que pusieron los cimientos del actual antimadridismo valencianista.  Con un estilo bravucón y faltón inspirado en las peores prácticas de Jesús Gil y Gil, Roig lanzó varias amenazas. “Quien siembra vientos recoge tempestades” o “voy a tocar a todos los jugadores del Real Madrid” fueron algunas ellas.

El 27 de mayo se hizo oficial el fichaje y el 3 de julio de 1996 Mijatovic depositó su cláusula de rescisión en la sede de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), siendo presentado en el Santiago Bernabéu esa misma tarde. La guerra había comenzado.

Ambiente infernal

El 21 abril de 1997 Mijatovic volvió por primera vez a Mestalla en medio de un ambiente muy cargado. El conjunto de Capello no se amilanó y los merengues arrancaron un valioso punto que consolidaba su liderato en una Liga que terminaron ganando. La temporada siguiente el ambiente volvió a ser infernal contra el balcánico. El equipo de la Séptima ganó con 0-2 y Pedja hizo el segundo tanto para desesperación del antimadridismo. Los insultos, cánticos y las pancartas en aquellos partidos fueron de un mal gusto extremo cruzándose muchas líneas. El ambiente fue tan duro que se llegaron a corear cánticos para mofarse del hijo de Mijatovic de tan sólo dos años que padecía una grave enfermedad.

Artículo Marca

Artículo sobre el recibimiento a Mijatovic publicado en Marca el 22 de abril de 1997

Goleada en París

La temporada 1999-2000 fue histórica para el fútbol español. R. Madrid, Barcelona, Valencia se plantaron en las semifinales de la Liga de Campeones. El Valencia de Héctor Cúper y el Piojo López causaba sensación en Europa. Tras eliminar al Barcelona en semifinales (4-1 en la ida y 1-1 en la vuelta) se citó con el Real Madrid en la final, tras echar los blancos al Bayern de Munich con una memorable actuación de Nicolás Anelka.

Los pronósticos daban al Valencia como favorito en la primera final de la historia de la Copa de Europa que enfrentó a dos equipos de un mismo país. Un imperial Real Madrid liderado por Redondo y Raúl se paseó por el Stade de France para llevarse la Octava en un partido dominado de cabo a rabo por los hombres de Vicente del Bosque. La derrota fue inapelable y multiplicó el antimadridismo militante en Valencia.

Celebración Octava Liga de Campeones

Los jugadores del Real Madrid con la Octava ganada frente al Valencia en París. Raúl Cancio

Patadas para recibir a Zidane

El primer partido de la Liga de temporada 2001-2002 que enfrentaba en Mestalla a Valencia y Real Madrid también tuvo su miga. Zinedine Zidane debutaba en la Liga y, como regalo de bienvenida, se topó con un equipo pasado de revoluciones que le frió a patadas, con David Albelda al mando de las operaciones. Agarrones y tarascadas de todos los colores con siete faltas en cuarenta y cinco minutos fue el recibimiento de la afición valenciana al crack francés. Luis Figo fue también objetivo de la dureza del equipo entrenado por Rafa Benítez que, durante todo el partido, jugó al límite del reglamento con el beneplácito del árbitro.

El veto a un vídeo

El capítulo más absurdo del antimadridismo valencianista tuvo lugar en 2002. El Real Madrid celebraba su centenario con un importante programa de actos y un vídeo promocional que incluía imágenes con diferentes triunfos. En el mismo aparecía el gol de Raúl en la final de la Liga de Campeones contra los ches.  La afición valenciana se tomó aquello como una afrenta y su presidente, Jaime Ortí, sacó los pies del tiesto calificando el vídeo como una falta de respeto. El delirio llegó a tal punto que exigió eliminar las imágenes del tanto de Rául. “Si no lo hacen esta entidad tomará otro plan con el Real Madrid. Para disfrutar de algo no hay que hacerlo ofendiendo a otros. Hay que tener algo más de respeto”, declaró en unas manifestaciones surrealistas.

Con estas historias detrás llegamos al partido del sábado donde buena parte del valencianismo aprovechará para demostrar con orgullo su antimadridismo. Ojalá la sangre no llegue al río y lo ocurrido el año pasado con los insultos racistas a Vinius no se repita. La deportividad y el respeto deben volver a ser el único cauce por el que discurra la disputa deportiva entre ambas entidades.

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