30 de abril de 2024
Autor:
Emilio Gracia
Bayern y Real Madrid empatan a dos en un partido repleto de alternativas en el juego y en el marcador. Dos tantos de Vinicius para los merengues y de Sané y Kane para los bávaros dejan intacta la emoción para la vuelta del próximo miércoles en un Bernabéu que decidirá al finalista de la Champions
Vinicius celebrando el segundo gol. Imagen Real Madrid
Hubo un tiempo en el que visitar el estadio del Bayern Múnich significaba para el Real Madrid subirse a un potro de tortura. Desde que en 1976 ambos equipos se enfrentasen por primera vez en la vieja Copa de Europa pasaron 38 años hasta que los merengues clavaron la bandera de conquista en Múnich camino de la Décima con un 0-4 que pasó a los anales de la entidad. Desde aquel día cada visita a Baviera es sinónimo de buen resultado para el Rey de Europa. Esta noche los pupilos de Ancelotti lograron un valioso empate ante un buen Bayern que deja todo por decidir para el partido de vuelta en el Bernabéu donde se decidirá el finalista de la Liga de Campeones.
Ancelotti no se sacó ningún conejo de la chistera y tiró de lógica y meritocracia para confeccionar la alineación: Nacho, tras su gran actuación en Mánchester, repitió en el once al lado de Rüdiger, desplazando a Tchouaméni a su hábitat habitual en el medio centro y relegando a Camavinga al banquillo. Tuchel introdujo varias novedades tanto por obligación como por decisión técnica: el coreano Min- Jae Kim ocupó el puesto del lesionado De Ligt en el centro de la zaga y Müller entró por el tocado Gnabry, que fue suplente. La entrada del caza goles alemán desplazó a Musiala a la izquierda. Davies fue sorprendentemente suplente ocupando su lugar en el lateral izquierdo el marroquí Mazraoui.
Comenzó el partido con los alemanes a toda pastilla y una pared de Kane con Sané que obligó a Lunin a sacar un balón que tenía aroma de gol. El Bayern iba arriba con decisión, presionaba y buscaba crear peligro por ambos costados. El centro del campo era una zona minada con continuas emboscadas que dificultaban las maniobras de los de Ancelotti. En ataque los bávaros llegaban con bastante comodidad a posiciones de peligro.
Había tirado seis veces a puerta el Bayern cuando pasado el primer cuarto de hora el Madrid construyó la primera jugada larga. Los merengues no avisan y en el minuto 24 llegó el primer gol en el primer disparo. Un delicioso pase de Kroos destrozó a toda la defensa germana y dejó solo ante Neuer a Vinicius, que definió con hielo en las venas y a un toque sin despeinarse. El Bernabéu debe apretar para que renueve. El gol asentó a los de Ancelotti que comenzaron a ajustar mejor las marcas en la medular impidiendo al Bayern mover el balón con la facilidad con la que lo estaban haciendo.
Kroos lucía con clase su capa de mago y el mono de trabajo para distribuir y robar mientras Vinicius, en posición de nueve, era indescifrable para los centrales del Bayern. El partido del ocho rayaba la perfección. Los primeros cuarenta y cinco minutos acabaron con sendas faltas desde la frontal para ambos equipos que ninguno aprovechó.
Se reanudó el juego con la entrada de Guerreiro por Goretzka lo que multiplico el trabajo de Kimmich, mucho más metido al medio. A su espalda tenía el Real Madrid una autopista sin peaje que apetecía aprovechar. Fue Kroos, por ese lado, el que tuvo la primera ocasión de la segunda parte con un disparo con efecto al palo largo que sacó Neuer a mano cambiada. La primera ocasión del Bayern acabó en el fondo de la portería. Sané se internó por la derecha y soltó un latigazo con la zurda ante el que nada pudo hacer Lunin.
El empate puso a funcionar la caldera del Allianz que apretó y volvió a rugir con el segundo gol local consecuencia de un penalti cometido por Lucas Vázquez sobre Musiala transformado por Kane. En doce minutos un partido que estaba controlado por el Rey de Europa se puso cuesta arriba. Urgía meter formol al juego y mantener la cabeza fría para llegar con la eliminatoria viva al Bernabéu.
Ancelotti metió a Camavinga en el medio bajando a Tchouaméni a la defensa en detrimento de Nacho. El partido estaba empezando a romperse y una ocasión de Vinicius fue contestada por otra de Musiala y un frentazo de Dier a la salida de un córner que blocó Lunin. El Real Madrid no lograba recuperar el control y el tercero de los hombres de Tuchel era una posibilidad factible.
En la segunda ventana de cambios entraron Modric y Brahim por Bellingham y Kroos. El croata, en su primera intervención, envió un balón a Vinicius por la izquierda que Neuer despejó a córner. El brasileño estaba fino y filtró un pase al corazón del área que terminó con Min- Jae Kim atropellando a Rodrygo y Vinicus transformando con tranquilidad el indiscutible penalti.
Las conducciones de Brahim y Vinicius causaban estragos en la defensa alemana y el Bayern, por los extremos, buscaba el tanto que le diera una mínima ventaja de cara al partido de vuelta. Como era de esperar la eliminatoria se decidirá en el Bernabéu.
Bayern Múnich: Neuer; Kimmich, Dier, Min- Jae Kim , Mazraoui; Laimer, Goretzka (Guerreiro min 46); Sané (Davies min 86), Musiala, Müller (Gnabry min 79); Kane.
Real Madrid: Lunin; Lucas, Rüdiger, Nacho (Camavinga min 64), Mendy; Tchouaméni, Kroos (Brahim min 75), Valverde, Bellingham (Modric min 75)); Vinicius y Rodrygo (Joselu min 86).
Goles: 0-1 Vinicius minuto 24; 1-1 Sané min 52; 2-1 Kane (penalti) min 57; 2-2 Vinicius (penalti) min 83.
Árbitro: Clement Turpin, con Jérome Brisard en el VAR. Amonestó a Min- Jae Kim y Mazraoui por parte del Bayern; y a Kroos y Lucas Vázquez por parte del Real Madrid.