1 de marzo de 2024
Autor:
Remontada Blanca
El ex seleccionador de la selección española, Vicente del Bosque ha concedido una entrevista para Flashscore donde ha hablado de su etapa en el Real Madrid y al frente de La Roja.
Respuesta: «He tenido la suerte de estar en un club que, como jugador y como entrenador, siempre ha estado en lo más alto. Por supuesto, también hemos perdido. Pero al final, eso forma parte de la vida de un futbolista o de un entrenador. No siempre se gana, no siempre se triunfa. Sin embargo, he tenido la suerte de estar en un club, como el Real Madrid, que, al fin y al cabo, está siempre en la élite».
R: «Más que un hecho, tuvimos que gestionar lo que yo llamo ‘pobreza’, en un momento en el que el equipo estaba en una situación muy mala. En cambio, en otros momentos tuvimos que gestionar la ‘riqueza’. Por ejemplo, cuando nos hicimos cargo de la selección de Luis Aragonés, éramos campeones de Europa en 2008.
Y, como entrenadores, lo que intentamos hacer en los momentos difíciles -como en mi caso, en noviembre de 1999- es poner las bases de lo que nos daría, no resultados inmediatos -aunque ese fuera un objetivo-, sino sobre todo las herramientas para mirar al futuro con buenos ojos.
Desgraciadamente, empezamos muy mal y, sin embargo, acabamos siendo campeones de Europa. Con esto quiero decir que me interesa más esta gestión, esta ‘riqueza’ y ‘pobreza’ que un entrenador debe saber leer. Y además de estas dos grandes facetas, o grandes tareas, que corresponden a un entrenador, están las relaciones humanas entre los jugadores, la creación de un ambiente sano, un entorno de trabajo correcto. Eso es lo que siempre hemos intentado conseguir. Al menos, es algo en lo que siempre he creído. Sabía que si lo conseguíamos, estaríamos más cerca del éxito, como así ha sido».
R: «Una de las claves fue la táctica, desde los cuartos de final hasta la final. Cambiamos algunas cosas. Pero sí, intentamos reforzar a nuestros laterales y dar más libertad a Michel Salgado y Roberto Carlos. Jugamos con tres centrales experimentados. Luego teníamos un centrocampista por delante, un jugador como Fernando Redondo, que necesitaba estar solo, manejar y controlar el balón. Al final, nos adaptamos perfectamente a los jugadores que teníamos. Le dimos libertad a Raúl. En definitiva, creo que tuvimos la suerte de contar con un buen grupo y poco a poco les fuimos conduciendo hacia un objetivo común, intentando influir en ellos en la dirección correcta para que fuéramos un equipo».
R: «Sí, al final se convirtió en un hombre muy importante para nosotros. Lo que sucedió fue que pasó por momentos difíciles en cuanto a su integración. Era un buen chico y una muy buena persona, y nos caía muy bien. Pero también venía de otro país, de otra cultura y, en fin, nos costó un poco adaptarnos. Hasta el punto de que él mismo pensaba que nos alegrábamos cuando no marcaba goles. De hecho, tuvimos que decirle que nos daba igual si era Morientes el que marcaba un gol, si era Raúl, si era él o si era cualquier otro…
Lo importante para nosotros era formar un equipo e intentar ganar. Y él fue, como dices, decisivo para ganar esta octava Copa de Europa. Su gol en Múnich fue muy importante, de un centro desde la derecha, de memoria, de Savio. Con mucha dificultad. El caso es que intentamos integrar a Nicolas en el grupo y creo que cuando volvió estaba contento y a gusto. Y al final conseguimos ganar la competición europea, que era esencial para nosotros.
Porque no olvidemos, como creo que ha dicho, que acabamos quintos en la liga, lo que significaba que no podíamos clasificarnos para la Liga de Campeones al año siguiente. En otras palabras, teníamos que ganar la Liga de Campeones para clasificarnos.
En definitiva, fue un periodo difícil para el club. Los cambios de entrenador en cualquier club son siempre muy incómodos. Aunque se haga a la ligera, son momentos difíciles para un club. Y más para un club como el Real Madrid, que siempre ha intentado tener estabilidad institucional y deportiva».
R: «Como siempre, con la máxima normalidad. Creo que así deben ser las cosas. Luis tuvo un valor extraordinario, el paso del Barcelona al Madrid, la llegada de un nuevo presidente. En fin, también creo que fue un periodo de adaptación para todos y que tuvimos una buena respuesta por parte de todos los jugadores. Intentamos tratar a todos los jugadores por igual, de la misma manera. Darles a todos su sitio en el equipo.
Y la verdad es que tuvimos una magnífica respuesta de los jugadores que teníamos: Hierro, Raúl, Redondo, Roberto Carlos, Michel Salgado. En definitiva, todos estos jugadores formaron una base a partir de la cual todos los que llegaron después se adaptaron perfectamente. Creo que, muchas veces, lo más importante es que estos jugadores se han sentido como en casa en el Real Madrid. Se han sentido cómodos en el día a día, se han sentido cómodos en los entrenamientos, en el contenido de las sesiones, han sido agradables y, en definitiva, han conseguido éxitos. No podemos olvidar que en estos cuatro años llegamos siempre a semifinales de la Copa de Europa. Perdimos dos veces y ganamos otras dos, llegando hasta el final. Lo que quiero decir es que a lo largo de esos cuatro años, al menos estuvimos en semifinales. Y eso no es poco».
R: «Exactamente, y además con una respuesta muy buena por parte de los jugadores. Aparte del enfado ocasional cuando un jugador no juega, o cuando es expulsado. Pero son situaciones que pasan en el banquillo, pero que no significan nada. A menudo digo que hay que escarbar mucho para encontrar a un jugador que no se comportó como debía. Tuvimos mucha suerte».
R: «No me arrepiento de lo que pasó. Se trataba de gestionar un vestuario y una plantilla que, en aquel momento, parecían ideales. Y eso reconociendo las enormes virtudes de Iker Casillas en su momento, y en la carrera que hizo en el Real Madrid, sin menospreciar a un portero como César, que también era un gran portero. Lo mismo ocurría con la selección, en la que podían haber sido titulares tres porteros: Iker Casillas, Víctor Valdés y Pepe Reina. Pero pudimos contar con la seguridad de Iker durante muchos años. También intentamos, al final, garantizar una transición suave, para que nadie se sintiera incómodo. Pero eso fue todo. En aquel momento, lo hicimos todo pensando en los jugadores y en los intereses del club y del equipo.»
R: «Sí, desde luego. Tiene esa fama de gran portero, que es extraordinaria, pero también tiene ese toque de suerte que deben tener todos los grandes jugadores. Es mejor que tenga suerte, de hecho… que decir ‘este tío es muy bueno, pero no tiene suerte’. Iker era un portero excelente, pero también tiene esa pizca de suerte que marca la diferencia. Por eso estuvo tantos años en el club».
R: «Tenía una enorme capacidad, era un gran jugador. Queríamos encontrarle un sitio donde se sintiera lo más cómodo posible y donde fuera más eficaz para el equipo. Creo que lo conseguimos. Y cuando he dicho antes que siempre hemos pensado que los jugadores deben sentirse cómodos en el Real Madrid. La idea era que después de 6, 7, 8 temporadas en el Real se dijeran: ‘el club me acogió, ganamos, pero, además, me sentí a gusto donde jugué, me sentí a gusto yendo a entrenar todos los días a la Ciudad Deportiva’. Creo que son cosas que los jugadores no olvidan y que el entrenador tiene que tener en cuenta. En mi opinión».
R: «En primer lugar, el detalle del abrazo fue porque esa misma tarde había perdido a mi madre. Pero cuando hablo de Ronaldo, lo primero que me viene a la cabeza es que es una persona feliz. Creo que es uno de los jugadores más felices que he tenido a mis órdenes. Y, por último, ¿quiénes éramos nosotros como entrenadores para interferir en su felicidad?
Siempre estuvimos ahí para él, como lo estamos para todos los jugadores. Siempre nos aseguramos de que se sintieran cómodos. Y creo que él fue uno de los jugadores que se sintió más cómodo y que nos ayudó a ganar el campeonato aquel año. Si no recuerdo mal, creo que la Real Sociedad perdió un partido en Vigo en la penúltima jornada. Y ganamos 1-4 al Atlético de Madrid en el Manzanares. En fin, es un jugador especial, amable, simpático y alegre.
En cuanto a Morientes, nunca nos enfrentamos a él. Siempre entendió la situación y me gusta mucho. Hoy, cuando le veo ante las cámaras o en la radio, cuando le oigo hablar, me digo: ‘El mejor jugador de todos es Fernando Morientes’. Siento mucha simpatía por él. Es más, ha sido un chico muy respetuoso con nosotros, en todos los ámbitos».
R: «Lo que sabemos es que algunas cosas no se pueden demostrar, que no podemos cambiarlas y que tenemos que aceptarlas tal y como sucedieron. Pero sí, para nosotros, y sobre todo para el equipo, Claude era un jugador esencial. Era ese compañero que siempre quieres a tu lado, que te echa una mano en los momentos difíciles. Era bueno en la transición. Distribuía el juego a Figo o Roberto Carlos con facilidad. En resumen, recuperaba el balón y era la primera plataforma de lanzamiento, para que nadie se viera entorpecido. Figo no se veía entorpecido, Roberto Carlos no se veía entorpecido, Zidane no se veía entorpecido. Y era un hombre al que los defensas apreciaban mucho, porque siempre estaba atento a todo lo que ocurría en el campo. Para mí, era un líder silencioso».
R: «Bueno… Cuando un entrenador gana, recibe todos los elogios del mundo. En otras palabras, digan lo que digan los críticos, siempre tendrán razón. Tuvimos un partido contra Portugal en el que pasamos muchos apuros y decidimos poner a un delantero centro como Llorente, que sólo jugó unos minutos. Jugó media hora, pero para nosotros es como si fuera un jugador más que nos ayudó a ganar este trofeo, porque tuvo un gran impacto en ese partido.
Y en cuanto a Pedro, delante de nosotros estaba Lahm, el lateral derecho del Bayern de Múnich, que era un peligro para nosotros. ¿Y qué hicimos? Bueno, en lugar de darle a alguien a quien pudiera controlar fácilmente, decidimos darle a un jugador que iba a ser más una molestia que otra cosa. Creo que ese tipo de cosas, cuando ganas, te dan la razón. Pero lo más importante es lo que hicimos y lo que pensamos que era mejor para el equipo».
R: «¡Sí! En primer lugar porque venían de ganar la Eurocopa de 2008. Tratamos bien al anterior seleccionador, tanto a los jugadores como a nosotros mismos, y poco a poco se fueron adaptando a nosotros y estuvimos ocho años con buenos resultados. No obstante, recuerdo lo bien que se portaron a lo largo de esos ocho años. Jugamos 114 partidos, y en todos esos partidos sólo expulsaron a un jugador, Gerard Piqué, en una acción que no tuvo ningún sentido y que fue más una acción de impotencia que de mal comportamiento. Y esa es una de las cosas de las que podemos estar satisfechos, que también han demostrado ser excelentes deportistas.»
R: «Que es un hombre leal, fiel, muy madridista. Y que hemos tenido muy pocas diferencias en cuanto a comportamiento. Después, a veces hemos discrepado en temas propios del terreno de juego. Al final, si hay dos o tres directivos en un sitio y siempre están de acuerdo… eso es malo. Es bueno que haya diferencias. Ahora, cuando hemos tomado una decisión, hemos sido los dos».
R: «Teníamos mucha confianza en estos dos jugadores, Sergio (Busquets) y Xabi (Alonso). Porque teníamos la sensación, como decíamos antes con Claude Makélélé, de que eran jugadores de equipo. Y en una zona que es vital para todos: el centro del campo. Ahí es donde todo entra en juego, tanto defensiva como ofensivamente. Como anécdota, hubo una época en nuestra historia en la que Xabi Alonso era el jugador que más goles marcaba. Con esto quiero decir que no era un jugador estático, era muy dinámico y además tenía una gran inteligencia para el juego. Si teníamos una convicción en aquel momento, era que Xabi Alonso y Sergio Busquets tenían que jugar».
R: «En primer lugar, me alegro mucho por todos los que ahora son entrenadores. También por Xavi Hernández, por ejemplo. Están en buenos equipos. Xavi fue campeón de Liga el año pasado con el Barça. Xabi Alonso tiene ahora prácticamente al alcance de la mano el título de la Bundesliga. Y, en cualquier caso, no todos los que fueron buenos jugadores son necesariamente buenos entrenadores. En su caso, creo que tienen un muy buen conocimiento del juego y de lo que tienen que hacer como entrenadores».
R: «O el penalti que paró contra Paraguay, contra Cardozo. ¿Qué hubiera pasado si Paraguay hubiera marcado ese gol? Quizás habríamos ganado más fácilmente. Siempre digo que teníamos muy buenos jugadores, que teníamos un sistema de juego adaptado a las exigencias de este equipo, pero también tuvimos suerte».
R: Vamos a ver. He dicho que sus cualidades eran innegables. Pero tampoco es malo tener un poco de suerte, ¿no?».
R: «Sí, sí, es cierto. Y había mucho en juego en este partido y nos enfrentábamos a un gran equipo.
Lo que ocurre es que, a los ojos de la gente, cuando ganas un título, que es lo que nos pasó contra Italia, es más fácil de recordar. Pero, de todos modos, creo que lo más importante es que, contra Italia, controlamos el partido. Es más, no podíamos presumir de haber marcado muchos goles en la competición, pero aquel día contra Italia marcamos cuatro. Tampoco podemos presumir de haber jugado un fútbol ofensivo, pero sí, controlamos el partido. El control fue nuestro. Y no sólo porque tuviéramos la posesión del balón, sino porque tuvimos el control defensivo y ofensivo durante todo el partido».
R: «Nunca sabemos dónde está el antes y el después de los jugadores. Hoy, el Real Madrid está ante un antes y un después de Kroos y Modric. Por supuesto, todas las opiniones son válidas. Pero la realidad es que el rendimiento de Kroos y Modric en estos momentos es asombroso.
Entonces, teníamos jugadores que jugaban regularmente para sus clubes y de la mejor manera posible. ¿Quiénes éramos nosotros para decir que no estaban preparados para la selección? Es cierto que estos jóvenes llegaron en su momento, pero la realidad es que luego tuvieron la oportunidad de integrarse gradualmente en la selección. Al final, estas transiciones son muy difíciles de gestionar. Cuando terminamos el curso en Francia (Eurocopa 2016) y salimos mal parados, la conclusión fue que habíamos sido muy rígidos en nuestras ideas. Quizá eso sea un defecto, pero en aquel momento pensamos que era lo mejor para el equipo».
R: «Es un gran jugador. Pero llega a un equipo, el Real Madrid de momento, que está jugando muy bien. Seguro que mejorará lo que ya hay, pero cuidado. El Real Madrid tiene una plantilla muy buena. No hay que subestimar a los que están ahí. Llegará a un equipo consolidado y preparado y, sí, no hay duda de que aportará su pequeño toque extra.»
R: «Desde fuera, tengo la impresión de que tienen un grupo de jugadores sano, un buen grupo. Todos se llevan bien, lo cual es muy importante. Y, por supuesto, la forma en que Carlo gestiona el equipo me parece ideal, y lo hace muy bien…
Estoy a favor de este gen, de gestionar un vestuario así. No digo que sea la única manera de gestionar un vestuario. Lo fundamental es que consiga que el ambiente de trabajo sea el ideal. De eso hablábamos antes. Sin eso, es difícil ganar…».