9 de diciembre de 2023
Autor:
David Guerrero Gil
El 7 de junio de 2023 se hizo oficial el fichaje de Jude Bellingham por el Real Madrid. El club español pagaría al Dortmund 103 millones de euros, más 20 variables, para hacerse con los servicios del jugador inglés. Lejos de lo que parece a día de hoy, el fichaje no fue fácil. El montante económico y la irrupción en la negociación de varios clubes de la Premier League, que ofrecían al jugador un salario mucho más alto que el que recibe en el Real Madrid, hicieron peligrar la llegada del astro a Chamartín.
Tal y como nos contó el Directivo del Real Madrid, Otero Lastres en la entrevista en nuestro canal de Twitch , en la comida de directivos previa al encuentro entre Girona y Real Madrid, los mandatarios del City Football Group, propietarios de Manchester City y del 47% del Girona, reconocieron los contactos con el entorno de Bellingham. La negociación con el futbolista inglés pronto se vio truncada ya que «solo quería jugar en el Madrid». Sin esa firme voluntad, Juni Calafat no hubiera podido hacerse con un jugador que está destinado a marcar una época. Jugar en tu país natal con un salario estratosférico es una tentación a la que es muy difícil decir no. Jude eligió gloria…
El fútbol moderno ha cambiado. El físico juega un papel más importante que en etapas anteriores. El inglés lo tiene todo, ya que a su físico le acompaña una calidad excelsa, una capacidad para entender el juego y sus tempos que asombra a cualquier erudito del fútbol. Todo de ello, le permite estar presente, y con protagonismo, en todas las parcelas del campo y del juego. Sin olvidar, claro está, la faceta goleadora que ha adquirido en el Madrid.
La irrupción de Bellingham en el mejor equipo del mundo ha sorprendido a todos. El mundo del fútbol sabía que era un jugador especial, pero nadie esperaba tal explosión. En poco más de tres meses, Jude a conseguido poner de acuerdo a antimadristas y madristas recelosos del coste de la operación. 103 millones es poco para hacerte con un jugador llamado a marcar una época en futbol mundial.
Pero Bellingham es el jugador total dentro y fuera del campo. La calidad que atesora, y pone al servicio del equipo, su liderazgo en el terreno de juego y la simbiosis con la afición, lo demuestra cada partido sobre el verde. Además, el inglés tiene un carisma especial que le ha hecho «caer de pie» en un vestuario difícil, donde otros muchos jugadores no supieron adaptarse a ese hábitat. Ese carisma ha enamorado a afición y compañeros que lo han alzado a un liderazgo prematuro, pero más que justificado y necesario. Actuaciones como la del partido contra el Nápoles, arengando a Joselu y alentando a Rodrigo cuando más lo necesitaban, vaciándose en el césped a pesar de sufrir un esguince y echándose el equipo a la espalda en el momento necesario, justifican la Bellinghamanía.
La marcha de Cristiano dejó vacío el trono madridista. Apareció entonces la figura de Benzema, siempre a la sombra del astro portugués, e incluso de Bale. Su gran actuación en la temporada de la 14 lo alzó al Olimpo de los dioses blancos. Aún así, la sombra de Cristiano es muy grande y la figura del francés no era lo suficientemente grande para hacer olvidar un Cristiano Ronaldo global. Y de repente… Bellingham. El inglés ha visto ese trono huérfano y pronto se ha asentado en él. En poco tiempo ha conseguido que su imagen sea mundialmente reconocida. Sin duda, estamos presenciando el nacimiento de una mega estrella llamada a regentar el Olimpo madridista. God save Jude…