16 de junio de 2024
Autor:
Emilio Gracia
El madridista ofreció una lección de fútbol en medio campo e hizo de cabeza el único tanto del partido. Los ingleses lideran el grupo C tras el empate entre Eslovenia y Dinamarca y Bellingham se lleva el MVP
Bellingham celebrando el único tanto del partido con sus compañeros. Imagen UEFA
Inglaterra no toca metal en un gran torneo desde que en 1966 ganasen la copa del Mundo que organizaron. Desde entonces, tanto en mundiales como en Eurocopas, los británicos coleccionan decepciones de todos los colores pese a contar siempre con grandes futbolistas. La actual generación lucha contra la historia para quitarse de encima el sambenito del gafe. Debieron ganar la última Eurocopa y hace seis años rozaron la final del mundial de Rusia. Hoy en día son, junto a Francia, la mejor selección del mundo y algún día, por mera estadística, la maldición se romperá. Jugadores para hacerlo tienen de sobra y Bellingham es uno de ellos. El madridista, con el 10 a la espalda, dio una lección magistral de fútbol en su puesta de largo en el torneo.
La primera jugada del partido dibujó lo que sería el partido, con Inglaterra mandando y Serbia agazapada atrás. Bellingham se movía con total libertad por todo el medio campo, partiendo desde el centro de una línea de tres por detrás de Kane, junto a Fouden y Saka. Los serbios, presentaron un esquema de 5-3-2, con Vlaovic y Mitrovic en punta de ataque.
La primera ocasión de Inglaterra acabó en el fondo de la red. En el minuto 12 Bellingham hizo un Juan Palomo: abrió a banda, Saka puso en centro mordido, y el madridista remató de cabeza a la red el 1-0. El primer acercamiento con peligro de los serbios al área contraria acabó con un ajustado tiro de Mitrovic. Con el marcador en contra se estiraron y comenzaron a hilvanar jugadas, dejando espacios atrás que a punto estuvo Walker de aprovechar en una contra para aumentar la ventaja.
Bellingham estaba dando una cátedra en la medular. Iba al suelo y despejaba balones en su área cuando había que defender, y tocaba en corto, en largo y conducía para construir. Literalmente estaba en todas partes y los seguidores ingleses se lo agradecían poniendo la banda sonora a sus acciones con el Hey Jud.
Bellingham pugnando por un balón con Mitrovic. Imagen UEFA
El segundo tiempo comenzó con Serbia estirándose y los ingleses aguantando el marcador. Fueron los peores momento de los pupilos de Gareth Southgate. Foden, Alexander-Arnold y Kane no aparecían y el partido comenzaba a estar en el alambre. Los balcánicos dominaban pero no ponían en peligro la portería de Pickford y los ingleses cambiaron a los extremos (Bowen y Gallagher por Saka y Alexander- Arnold) en busca de oxígeno. Kane, a centro de Bowen, mandó el balón al travesaño en la mejor ocasión tras la reanudación, y Vlaovic obligó a Pickford a empelarse a fondo.
A Inglaterra le fallaba el físico y le faltaba pausa en medio campo. A falta de cinco minutos para la conclusión Southgate hizo el tercer cambio y Bellingham, exhausto, fue sustituido por Mainoo en medio de una cerrada ovación. No fue el partido más brillante de los ingleses pero ya lideran el grupo C tras el empate entre Eslovenia y Dinamarca.