30 de diciembre de 2023
Autor:
Emilio Gracia
Carlo Ancelotti seguirá dos años más en el banquillo blanco con la intención de seguir ampliando su palmarés y continuar moldeando a una plantilla con mucho futuro
Imagen diario Marca
Al margen de gustos personales nadie puede discutir que la renovación de Ancelotti por el Real Madrid es justa y merecida. Los números, jueces implacables del universo fútbol, respaldan al técnico italiano. Estamos hablando del segundo entrenador que más títulos ha ganado con el Madrid —diez por el momento— y el segundo que más partidos ha dirigido —260 hasta la fecha—. Por delante, en ambos apartados, sólo está legendario Miguel Muñoz.
No es Ancelotti el técnico más mediático ni debe ser el que más flechas pone en la pizarra durante las charlas tácticas pero, el tiempo y los resultados, han demostrado que es el técnico ideal para el conjunto blanco. Templa ánimos dentro de la plantilla como nadie, apaga fuegos con la naturalidad del que camina por el parque un domingo, saca el máximo rendimiento de los futbolistas que tiene a su disposición, no levanta la voz en lo que a peticiones de fichajes se refiere y representa los valores del club de una manera exquisita. Para rematar gana títulos. Todo esto hace un combo perfecto que lo convierte en el entrenador perfecto para el R. Madrid.
La Champions de las remontadas ha sido con seguridad el título más celebrado por el madridismo en los últimos tiempos. La espectacularidad de las eliminatorias y la épica de las remontadas dejaron con la boca abierta a aficionados de todos los rincones del mundo. El gran mérito de aquel título fue conquistarlo con un equipo en transición. Sí, en transición.
Con una inversión justa en lo que a fichajes se refiere el secreto de la Décimocuarta fue hacer crecer a jugadores jóvenes mezclándolos con veteranos expertos en mil batallas. En condiciones normales no tocaba que el Madrid ganase aquella Champions… pero se ganó. Mediante un impresionante ejercicio de resiliencia y fe Ancelotti capitanéo a un equipo incapaz de rendirse sobreponiéndose a situaciones que, en cualquier otra circunstancia, hubiesen hecho hincar la rodilla al conjunto más sólido. El italiano mezcló de manera sobresaliente a la vieja guardia de los Casemiro, Kroos, Modric y Benzema con jóvenes promesas que aquel año se elevaron a la categoría de estrellas como Vinicius, Rodrygo, Valverde o Camavinga.
Si Ancelotti cumple el contrato firmado habrá estado de manera consecutiva al frente del R. Madrid durante cinco temporadas seguidas, lo que unido a su primera etapa en el club entre 2013 y 2015 sumaría un total de siete temporadas como inquilino del banquillo. La importancia del dato es tal que, desde Miguel Muñoz, entrenador del primer equipo entre 1960 y 1974, ningún técnico ha permanecido más de cuatro temporadas consecutivas en el banquillo.
Carletto suma a día de hoy 260 partidos como capitán de la nave blanca desglosados en 189 victorias, 33 empates y 38 derrotas, con un total de 627 goles a favor y 236 en contra, números de matrícula de honor.
Al margen de los números y títulos levantados el gran activo de Ancelotti ha sido saber elevar el nivel de sus futbolistas. A nadie se le puede olvidar que cuando regresó al banquillo blanco en 2021 se encontró con un proyecto de jugador llamado Vinicius en horas bajas. El brasileño sufría una preocupante falta de confianza que amenazaba con destruir su carrera pero fue ponerse en manos del italiano y despegar como un cohete convirtiéndose en uno de los mejores jugadores del mundo capaz de decidir eliminatorias y finales de Copa de Europa.
Karim Benzema es su otro gran logro. El francés firmó una temporada 21-22 para enmarcar que lo convirtieron en el mejor jugador del mundo y Balón de Oro. En su haber hay que poner también el buen hacer de Militao o Alaba en el centro de la zaga y el excelso rendimiento de Courtois bajo palos. Hacer que Camavinga sea diferencial como interior, medio centro y lateral izquierdo o el crecimiento exponencial de Rodrygo son otros de sus méritos. Su último gran logro como técnico ha sido convertir a un fichaje estratégico como el de Jud Bellingham en el mejor jugador del mundo, elevando su rendimiento hasta límites que ni el más optimista esperaba cuando firmó para convertir al inglés en un todocampista goleador. Con estos antecedentes poner en manos del transalpino el diamante en bruto que es Endrik es garantía de éxito.
La renovación de dos años es un tiempo más que ideal para que futuribles del banquillo madridista como Xabi Alonso o Raúl sigan fogueándose y acumulando experiencia. La opción del donostiarra ya sonaba con fuerza para la temporada que viene. Haber bebido de las fuentes del propio Ancelotti, Mourinho o Guardiola y el sensacional trabajo que está haciendo al frente del Bayer Leverkusen convierten al exmediocentro en el entrenador del futuro. De momento parece que tendrá como mínimo dos años más por delante para seguir ganando experiencia antes de dar el salto al banquillo del Santiago Bernabéu. Dos años en los que Ancelotti podrá seguir escribiendo una de las páginas más brillantes de la historia del club. Enhorabuena, míster.