23 de enero de 2024
Autor:
Emilio Gracia
La ficticia polémica por tres aciertos arbitrales en el Bernabéu desata un monumental tsunami alimentado por los que quieren enterrar el caso Negreira
En España hay dos clases de aficionados: los madridistas y los antimadridistas. Los primeros son mayoría. A los segundos los reconocerán por días como el del domingo. Suelen estar agazapados y aprovechan la más mínima oportunidad para salir a la palestra y soltar peroratas que rozan el absurdo. En el universo antimadridista, a su vez, hay dos subespecies. Por un lado está el antimadridista barcelonista y por otro el antimadridista del resto de equipos.
Los antimadridistas son gente con un particular sentido de la justicia. Me explico. ¿Qué un club tiene a sueldo al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) durante veinte años? Silencio sepulcral, pues interpretan que el principal perjudicado de la trama es el Madrid. Los hay incluso que justifican los pagos y hablan de que el club del seny y los valors es víctima de un malvado timador de apellido Negreira que, durante varios lustros, ha tenido atemorizado al timado sin que este último haya dicho una palabra más alta que la otra. ¿Conocen ustedes a alguien que haya sido estafado repetidamente y siga cayendo en la supuesta estafa sin rechistar? Yo no. Y nadie en su sano juicio tampoco. Pero los antimadridistas sí. Ellos y ellas son así.
Los antimadridistas disfrutan criticando los aciertos arbitrales y jaleando las tropelías. El antimadridista medio suele ser un prevaricador convencido. Desde que el VAR se instauró en la temporada 2018-2019 jugadas como las revisadas en el Bernabéu el domingo lo fueron antes en multitud de campos de la Liga y en competiciones europeas sin que se montase un 2 de mayo. ¿Qué en el Bernabéu se corrigen tres jugadas mal arbitradas? Mal. Muy mal. La injusticia debe prevalecer cuando de por medio hay camisetas blancas, rezan los antis.
Suelen también los antimadridistas apoyarse en falsos relatos históricos. Falsear la historia es el pasatiempo favorito de los necios. De hecho les gusta más que a un puerco una charca. Miente y difama que algo queda es su frase de cabecera. En su armario tienen muertos de todo tipo: arbitraje escandaloso en la Copa de Europa de la temporada 60-61 para echar al Madrid, Tenerife (este cromo lo tienen hasta repetido), falta inexistente que Koeman convierte en gol en Wembley, gol en fuera de juego de Eto´o en la final de Champions de 2006 para hacer el empate, Ovrebo, Aytekin, palmeos de Messi que casi valen Ligas, 76 jornadas seguidas sin un penalti en contra, récord de penaltis señalados a favor en una Liga etc.
Pese a cargar sobre sus espaldas con semejante historial el antimadridista culé no se corta un pelo a la hora de echar en cara falsas polémicas. Una de sus favoritas es que el gol de Mijatovic en la final de la Séptima fue en fuera de juego. ¿Qué no hay una sola imagen que corrobore la falsa acusación? No importa. Miente que algo queda. Difama. Leña al que viste de blanco que es de goma.
Otra cualidad que todo antimadridista tiene es el cinismo. La han perfeccionado tanto que desde la distancia parece que ha sido modelada en largas horas de entrenamiento. Xavi Hernández es el mejor exponente. El entrenador del Barcelona es el campeón del mundo de la especialidad. De ser disciplina olímpica tendría la medalla de oro asegurada en París 2024 sin bajarse del autobús.
Xavi, aquel gran centrocampista hoy convertido en mediocre entrenador, no ve reprobable que su club fomentase durante décadas la corrupción sistémica en el fútbol español pero pone el grito en el cielo por tres decisiones arbitrales en un partido insinuando, además, que en la Liga pasan cosas raras desde la primera jornada. No ve raro tener a sueldo al vicepresidente del CTA durante décadas pero sí lo ocurrido el domingo en el Bernabéu. El hombre que colecciona excusas se pone el mundo por montera y semanas después de decir que él no habla de los árbitros lo hace para criticar lo ocurrido en un partido jugado a 500 kilómetros y que ni siquiera ha visto en el momento de hablar.
Madridistas de todos los rincones del mundo yo os digo que aguantéis. Levantad la cabeza y no paséis ni una sola ocasión de recordad al antimadridista de turno que los que pagaron a Negreira visten de azulgrana, que los que hacen palancas ficticias para poder inscribir a jugadores visten de azulgrana, que los condenados por delitos fiscales visten de azulgrana, y que los que durante décadas han perjudicado a decenas de equipos con decisiones que siempre caían del mismo lado visten de azulgrana. Igual algún día los antimadridistas no barcelonistas se dan cuenta de que el antimadridismo que proclaman es el causante de que el fútbol español y buena parte de sus equipos estén hundidos en el fango y con la credibilidad por los suelos. Nunca hay que perder la esperanza.